Wednesday, October 5, 2011

"Comer, vestirse y tener esperanza" resulta la meta inalcanzable para el cubano promedio

"Comer, vestirse y tener esperanza" resulta la meta inalcanzable para el
cubano promedio

La disparidad entre salarios o dinero ganado por cuenta propia y el
costo básico de la vida son el adobo de la desilusión que permea la vida
ciudadana.

martinoticias.com 04 de octubre de 2011

Cuba padece una pobreza sin linderos: se extiende del dormitorio a la
cocina, del baño a los balcones, de los patios a las fachadas. Está por
todas partes. El vaso huérfano de detergente, la pared olvidada de
pintura, la cama de sábanas percudidas, la olla engalanada de tizne, el
corazón lleno de angustia, puede leerse como introducción de una
fotogalería aparecida en martinotcias.com.

Parecería exagerada la reseña si Tony, un reparador de joyas que el
diario El Nacional de Caracas entrevistara en La Habana no hubiera
asegurado este martes que "Esto no tiene nada de próspero. Además, yo no
tengo permiso para fabricar y vender prendas, sólo puedo reparar...
Sirve algo para el sustento, pero no te saca de la miseria.

-¿Tiene ilusiones? –le ha preguntado el diario a Tony- y este ha
respondido: "Claro, como todo ser humano. Que la vida sea un poco menos
dura, con más oportunidades para mejorar, que el negocio funcione. Pero
vivimos en una crisis muy grande; hasta donde me alcanza la vista, no
tiene remedio".

Podría resultar increíble si el periodista cubano Miguel Iturria Savón
no hubiera escrito en Cubanet: "No es agradable tropezar con personas
que al caminar exhiben su miseria sin proponérselo. La llevan en el
rostro, en la ropa sucia y descosida, en los zapatos, el peinado y hasta
en el alma. Salvo excepciones, parecen zombis insepultos, espectros bajo
el sol en las calles de nuestras ciudades. Nadie como ellos revela la
crisis y la falta de oportunidades del país".

Parecería de mala fe, si en el mismo reportaje del El Nacional, Maricel
Trujillo, una vendedora por cuenta propia, no hubiera afirmado: "Mis
ventas no compaginan con lo que tengo que pagarle al Estado. La semana
pasada apenas gané 90 pesos (3 dólares)".

Con tres hijos adolescentes que dependen de ella –ha apuntado El
Nacional-, Maricel suspira y saca una rápida conclusión: "Esto antes me
daba para vivir, ahora no. A veces no nos alcanza ni para comer".

Podría dudarse si Mario J Viera, no hubiera asegurado en un artículo
publicado en Cubanet: "La pobreza en Cuba ha igualado a todos los
cubanos con la excepción de la élite gobernante. Como su consecuencia
natural ha crecido el ejército de mendigos, ha crecido la prostitución,
ha crecido la desesperación de todos. Lo que es representativo de un
sector determinado de cualquier país es en Cuba la generalidad, la
realidad cotidiana".

Resultaría tendencioso si Iturria Savón no hubiera agregado en su
artículo: "La pobreza es mayor de lo que suponemos. Basta con mirar la
presencia gris de quienes caminan sin rumbo. A esa legión de seres
alienados por el hambre, víctimas de la desproporción entre el salario y
los precios de las mercancías, no solo pertenecen los mendigos, los
locos sin apoyo estatal, los borrachos que deambulan de la casa al bar y
los viejitos cuya pensión mensual les dura una semana".

Podría no creerse si Alejandro un bicitaxita habanero, bañado de sudor,
no hubiera asegurado a El Nacional: "¿Qué es lo más difícil de vivir
aquí? la comida, chico; comer, vestirse, tener esperanza", dice con
elocuencia mientras pedalea. "Un día te metes la cuchara en la boca y
piensas si mañana lo podrás hacer. Pregúntele a quien quiera aquí y le
dirán lo mismo, míster".

http://www.martinoticias.com/noticias/Una-pobreza-galopante-y-una-esperanza-estancada-131067733.html

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