Última actualización Saturday, 23 July 2011 03:18 Publicado Saturday, 23
July 2011 01:38
La influyente revista británica The Economist viene dedicando una
exhaustiva cobertura a la enfermedad del presidente Hugo Chávez y las
implicaciones políticas y sociales de su enigmática convalecencia para
el futuro de Venezuela y su principal aliado regional: Cuba.
Chávez junto al presidente ecuatoriano Rafael Correa, Raúl y Fidel
Castro en un encuentro en La Habana este jueves.
Esta semana, la publicación incluye en sus páginas un artículo titulado
"The sick man of Havana" (El enfermo de La Habana), que valora los nexos
entre enfermedad, secretismo y poder. Ya sabemos, por declaraciones del
propio Chávez ante sus partidarios, vía telefónica, que la primera fase
del tratamiento de quimioterápia ha concluido. ¿Qué viene ahora?
¿Regresará a Venezuela o seguirá gobernando por Twitter desde La Habana?
A la "minicumbre latinoamericana" de este jueves entre Chávez, el
presidente ecuatoriano Rafael Correa y los hermanos Castro, todos
cantando, como colofón, "Alma Llanera", se sumó este viernes la visita
de un viejo amigo: Diego Armando Maradona.
"Doy las gracias a Diego Armando Maradona por la fraterna visita que
esta tarde me hizo. Estuvimos juntos con Fidel. Gracias Pibe!
Viviremos!", anunció Chávez por Twitter.
A solicitud de varios lectores, CaféFuerte reproduce una versión en
español de este incisivo texto periodístico.
El enfermo de La Habana
Cuán enfermo está es el secreto
La Constitución de Venezuela garantiza a los ciudadanos el derecho a la
"información oportuna, veraz e imparcial". Pero como Hugo Chávez, el
hombre que inspiró el documento, partió el 16 de julio para continuar su
tratamiento contra el cáncer en Cuba, amigos y enemigos quedaron una vez
más sin respuesta a la pregunta del momento: ¿cuán enfermo está el
presidente y cuál es el pronóstico?
Según la versión oficial, el señor Chávez fue operado de urgencia por un
"absceso pélvico" a comienzos de junio, después que aparecieran los
síntomas cuando se encontraba en Cuba. No fue hasta el 30 de junio que
él admitió, en un vídeo grabado, lo que algunos periodistas
independientes habían venido afirmando desde hace algún tiempo: que una
segunda operación le había extirpado un tumor canceroso. Volvió a
Caracas, sin previo aviso, el 4 de julio a tiempo para ver (por
televisión) las celebraciones del bicentenario de la independencia de
Venezuela. En breves (para sus normas de costumbre) apariciones en los
medios, dejó escapar algunos detalles más de su condición. Pero no ha
habido un solo boletín médico e incluso la localización precisa del
tumor del "tamaño de un pelota de béisbol" no ha sido todavía revelada.
Su elección de Cuba para el próximo tratamiento sugiere además que el
secreto continuará. El gobierno de Brasil ofreció un hospital de São
Paulo, donde tanto Dilma Rousseff, actual presidenta del país, y el
líder de Paraguay, Fernando Lugo, fueron tratados con éxito de cáncer
linfático. La comunidad de médicos venezolanos se siente ofendida porque
el señor Chávez ha buscado atención fuera del país. Algunos opositores
han señalado que cuando el veterano líder de Cuba, Fidel Castro, se
sometió a una cirugía abdominal en el 2006, se reportó que los médicos
cubanos habían fallado en la operación quiriúrgica inicial. Pero en la
Cuba comunista, el apagón informativo sobre el tratamiento de Chávez
puede mantenerse en pie. El insiste en que "ni una sola célula maligna"
se le ha hallado en ninguna otra parte de su cuerpo. Sin embargo, admite
que requerirá quimioterapia, contradiciendo declaraciones anteriores de
sus allegados en el gobierno.
Los temores de Chávez
Cuando solicitó el permiso de la Asamblea Nacional para salir del país,
Chávez, un ex oficial del ejército, no dio una fecha de retorno. Por
primera vez, ha delegado algunas de sus poderes administrativos y
decisiones presupuestarias en el vicepresidente Elías Jaua y el ministro
de Finanzas y Planificación, Jorge Giordani. Ambos hombres son civiles
intensamente leales al ala radical del chavismo. Jaua se ha arrogado el
poder de firmar los decretos de expropiación en consulta con Chávez.
La oposición dice que el país no puede continuar dirigiéndose desde el
extranjero. La Constitución establece que el vicepresidente debe estar
en pleno ejercicio de sus facultades cuando el presidente está
"temporalmente ausente". Legisladores progubernamentales argumentan que
la oposición está buscando poner a Chávez fuera del poder por la vía más
fácil. Pero sus múltiples exhortaciones en las últimas semanas instando
a la unidad, tanto en el partido gobernante como en el ejército,
sugieren que el presidente está preocupado de que cualquier relajamiento
de su control desencadene una lucha por el poder.
Esto se debe a que Chávez ha creado un régimen personalizado de
gobierno-por-televisión-en-vivo, en el que funcionarios de alto nivel
debe interpretar todos sus caprichos, so pena de despido. Para tratar de
demostrar que él permanece en el cargo, antes de su partida, creó, ante
las cámaras, una firma electrónica para su uso mientras esté ausente.
Pero hará falta algo más que teatro para disipar las dudas acerca de su
capacidad de microgestión de asuntos de Estado desde un hospital cubano.
El gobierno de Venezuela está ahora a expensas de la enfermedad del
presidente. Y tratando esto como un secreto de Estado sólo podría
aumentar la tensión de vuelta a casa.
Traducción: CaféFuerte
http://cafefuerte.com/2011/07/23/the-economist-chavez-el-enfermo-de-la-habana/
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