24-07-2011.
Lic. Sergio A Ramos
(www.miscelaneasdecuba.net).- El llamado intercambio cultural entre los
Estados Unidos y Cuba se ha proliferado desde que la administración del
presidente Barack Obama liberalizó los mismos para que artistas,
intelectuales y educadores pudieran viajar desde y hacia Cuba con tales
fines.
En virtud de tal medida, hemos tenido la visita en Miami, San Juan,
Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos artistas pro-castristas
como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, las orquestas Los Van Van y La
Charanga Habanera, etc., etc., etc.
Esos artistas llegan a este país de libertades y son entrevistados por
los medios de comunicación donde pueden expresar libremente sus
opiniones favorables a la dictadura. Se presentan en programas
televisivos y radiales y en conciertos abiertos a todo público donde
pueden cantar sus canciones pro-régimen cubano y expresar sus loas a eso
que llaman "revolución"; inclusive han criticado abiertamente las
políticas y el gobierno de los Estados Unidos sin ningún problema.
Por su parte, hemos visto llegar profesores y académicos cubanos
pro-castristas a universidades norteamericanas en distintas ciudades y
exponer sus conferencias ante el profesorado, estudiantes e
intelectualidad abiertamente, haciendo expresiones favorables a los
llamados "logros de la revolución". También éstos han sido entrevistados
expresando sus comentarios favorables al régimen cubano y criticando las
políticas del gobierno americano a los medios de comunicación sin
ninguna restricción a sus libertades de expresión.
Todos ellos, una vez en suelo americano, se mueven libremente de un
lugar a otro sin que nadie los moleste; salvo quizás algún piquete
pacífico de opositores a la dictadura cubana, que en el uso de esa misma
libertad de expresión que a ellos se les concede y que además otorga la
Constitución de los Estados Unidos, lo ejercen muchas veces desde la
acera de enfrente. Pero ese acto pacífico, que a lo mejor ellos no
entienden o no quieren reconocer, es un derecho humano que aplica tanto
para ellos como para los del lado de acá.
Sin embargo, muy distinto es lo que pasa del otro lado de la moneda del
"intercambio cultural". El gobierno de Cuba impide a los artistas
anticastristas viajar a Cuba para cantarle y ejecutar su arte
abiertamente y sin censura al pueblo cubano que quiera libremente
escucharlos en cualquier parte del territorio nacional sin que sean
molestados por nadie, y del mismo modo acudir a los medios de
comunicación para hablar de su arte y expresar sus opiniones sin
restricción alguna. Y recalco, es un derecho humano la libertad de
expresión.
De ese modo, artistas exiliados del calibre de Willie Chirino, Gloria
Estefan, Lissette Álvarez, entre muchos otros, el régimen les impide la
entrada a Cuba y mucho menos para cantar y expresar su arte y opiniones
abierta y públicamente, sin censura, a quienes quieran libremente
escucharlos en Cuba, en iguales condiciones que lo hacen aquí los
artistas pro-castristas que viajan a Estados Unidos.
Contrasta y denota lo discriminatoria del "intercambio cultural"
permitido hasta ahora por el gobierno cubano el hecho de que sólo se les
permite viajar a Cuba a figuras de tendencias favorables a la dictadura
como ha sido el caso de Calle 13, Saul Landau, Big Bully, Andy Montañez
y Benicio del Toro, entre otros.
El caso de Juanes, algo anterior al inicio oficial de dicha apertura y
donde participaron artistas ciudadanos americanos como Olga Tañón,
podemos interpretarlo bajo la experiencia tenida con los hechos en el
cursar del tiempo, como una maniobra de la dictadura para lograr este
acuerdo, que sepa Dios cuánto tiempo antes se estuvo cocinando en los
tortuosos pasillos de las cancillerías cubanas y americanas. Juanes fue
la carnada del anzuelo.
De igual modo pasa con profesores universitarios e intelectuales cubanos
exiliados. La dictadura les prohíbe la entrada al país y mucho más, el
impartir conferencias libremente y sin censuras en las universidades de
Cuba a aquellos profesores, estudiantes e intelectuales y/o población en
general que libre y voluntariamente quieran escucharlos y ser
entrevistados por los medios de comunicación expresando sus ideas sin
cesura alguna.
Si el "intercambio cultural" no es equitativo para ambos lados del
Estrecho de la Florida, entonces es discriminatorio contra un sector
del arte, educación y cultura que no piensa como el régimen cubano desea
que piensen. Por cuanto, tenemos que concluir que dicho intercambio no
sólo no cumple con su objetivo, o al menos el objetivo que debería tener
que es el intercambio de expresiones culturales y educativas, sino que
es violatorio de un Derecho Humano tan básico y primordial como es la
libertad de expresión.
El gobierno de los Estados Unidos debería tomar carta inmediata en el
asunto por este discrimen, de lo contrario se hace cómplice de esta
conducta discriminatoria contra los artistas, educadores, intelectuales
cubanos exiliado y otros ciudadanos americanos críticos de la dictadura
cubana.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=33057
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