17-05-2011.
Angélica Mora
(www.miscelaneasdecuba.net).- Raúl Castro será cualquier cosa, pero
nadie pensaba que era Profeta. Bueno en el VI Congreso del PCC profetizó
que "nunca se le negará al pueblo el derecho a defender a su
Revolución.... la defensa de la independencia, de las conquistas del
socialismo y de nuestras plazas y calles, seguirá siendo el primer deber
de todos los patriotas cubanos".
Y para que se cumpliera su predicción la ayudó dando orden de emplear la
fuerza bruta contra la disidencia interna.
En virtud de ese mandato, los esbirros del Régimen (efectivos de la
Policía Nacional Revolucionaria, Seguridad del Estado y bandas
paramilitares) se sienten respaldados a actuar con salvajismo contra los
opositores.
La violencia se ha generalizado y ya no se hacen las rutinarias visitas
de advertencia a los opositores. Ahora se les impide a viva fuerza que
se reunan y los líderes son mantenidos en arrestos domiciliarios.
Asimismo, se realizan diariamente detenciones en La Habana y el interior
y los disidentes que quieran realizar reuniones o actos políticos son
apaleados salvajemente y luego detenidos.
Pareciera que a Raúl Castro le ha tocado un nervio muy particular las
críticas del asesinato de Juan Wilfredo Soto García y especialmente lo
encoleriza el hecho que nadie crea el cuento que el disidente murió
"porque estaba enfermo".
Debido a esto, en su paroxismo histérico, ordenó romper el acuerdo que
su gobierno habia hecho con España y la Iglesia, de no confiscar la casa
de un deportado.
Es así como la vivienda del ex preso Juan Francisco Marimoín fue
confiscada y asignada a otras personas, según informa El Observatorio
Cubano de Derechos Humanos,(OCDH) y Diario de Cuba.
Además, se impide el regreso a la Isla de dos personas que acompañaron a
los desterrados a España.
Se trata de Catalina Cano Vergara, de 83 años de edad, y Leonel Grave de
Peralta Díaz, de 63, a quienes se les impide el regreso a Cuba.
El OCDH recordó que "la posibilidad de retorno y el respeto a sus
propiedades, más que un compromiso entre las partes, son derechos
reconocidos en la Declaracioìn Universal de los Derechos Humanos".
Pero, ¿quién puede hacer entender eso, a un Dictador?
Con todo esto, ¡qué mal han quedado el ex canciller español Miguel Ángel
Moratinos y el cardenal Jaime Ortega! Este último en reciente gira por
Europa ¡todavía tratando de convencer a los países de la Unión Europea
las excelencias del Régimen de la Habana!
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32300
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