Monday, May 9, 2011

ACCIÓN URGENTE CONTRA LA VIOLENCIA

ACCIÓN URGENTE CONTRA LA VIOLENCIA
09-05-2011.
Angélica Mora
Mesa Coordinadora, Proyecto Nuevo País

(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana, Cuba. El gobierno cubano está a
punto de matar. En las calles o en las estaciones de policía. La
probabilidad de este hecho cuenta, desde el 17 de abril, con la
legitimación explícita de las más altas instancias del Estado y del
partido comunista. Desde esa fecha ciudadanos cubanos, pertenecientes o
no a los órganos de la policía política, cuentan con el amparo político
necesario y vienen poniendo en práctica actos de violencia física que
pueden desembocar en la muerte de pacíficos activistas pro democracia.
Semejante descomposición del Estado preocupa a todos los ciudadanos
decentes.

Aquellos actos de violencia de Estado son contrarios a las leyes cubanas
y a la constitución que rige sus actos. El monopolio de la violencia es
reconocido a instituciones que la practican con responsabilidad y con
entera sujeción a la ley. Si el Estado ejerce y ampara la violencia
inconstitucional, está apostando y legitimando el imperio de la fuerza,
y enviando el clarísimo mensaje de que esta puede ser empleada por
cualquiera y en cualquier circunstancia. Eso tiene un nombre: Estado
incivilizado.

Nuevo País hace un llamado apremiante a una Acción Urgente contra la
Violencia. No cabe esperar por desenlaces fatales para que entonces
sectores sociales, políticos, culturales y religiosos, dentro y fuera de
Cuba, envíen condolencias y recados de lamento a familiares y amigos de
las víctimas ciertas de este despliegue desfachatado de violencia. Cabe
y es necesaria en estos momentos una condena preventiva que busque
disuadir a las autoridades cubanas del ejercicio desesperado del poder.

Grupos de activistas, como los integrantes de la Alianza Democrática
Oriental, o activistas como Sara Martha Fonseca Quevedo y su familia,
Iris Tamara Pérez Aguilera, Ángel Moya Acosta y Darsi Ferret Ramírez,
entre otros, han sufrido en los últimos días desde maltrato físico hasta
literales pateaduras por el ejercicio pacífico de la protesta.

Todo esto es moralmente condenable desde todos los supuestos. Tanto si
es ejercido por grupos aislados como si es realizado por masas ofendidas.

Nuevo País quiere recordar algo evidente a las autoridades, y a aquellos
que le siguen ciega y entusiastamente: la violencia solo engendra
violencia. También quiere puntualizar un hecho que no parece muy
evidente pero que es igual de importante: el poder no debe ser
confundido con la legitimidad. Y la violencia contra actores pacíficos
es exactamente el síntoma cultural de la ausencia del lenguaje apropiado
para refundar la legitimidad perdida. Eso merece la más clara repulsa
del mundo civilizado.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32201

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