08-03-2011.
Martha Beatriz Roque Cabello
Ex Prisionera de Conciencia de la Causa de los 75
(www.miscelaneasdecuba.net).- Después de leer la prensa oficialista
cubana, inmediatamente le vienen a la mente a uno, dichos del refranero
popular, que se repiten una y otra vez; por ejemplo: "Ver la piedra en
el ojo ajeno y no la viga en el propio", "Tirar piedras al vecino,
teniendo el tejado de vidrio".
Y es que no pasa un día en que no se critique lo "mal hecho" en los
Estados Unidos de América, aunque aquí la situación sea igual o peor.
Los americanos son el blanco de cualquier periodista que quiera escalar,
basta con zaherir en contra de ellos.
Ese es el caso de Juana Carrasco Martín, una señora que frecuenta la
Mesa Redonda, programa político diario en la televisión nacional.
Durante sus intervenciones, en este "show", ella muestra los peores
gestos que pueda hacer con su cara, o quizás sea que siempre tiene en su
rostro ese rictus de amargura.
El pasado viernes 4 de marzo, el periódico Juventud Rebelde "Diario de
la juventud cubana", publicó un artículo suyo bajo el título de: "El FBI
vuelve a la carga". Es un recuento desde la Ley Patriótica que instauró
George W Bush durante su presidencia, hasta el voto de extensión de 9
meses que le dio la Cámara de Representantes el pasado febrero y su
posterior aprobación en el Senado.
El artículo es un ataque a la administración de Obama, por mantener las
prácticas de escucha de las llamadas telefónicas, en contubernio con las
empresas privadas. Relata que también el procedimiento puede emplearse a
los correos electrónicos e invita a reírse de la privacidad o llorar, ya
que el FBI (Federal Bureau of Investigation) no respeta a su ciudadanía
ni al mundo entero. Califica a Estados Unidos de América como un estado
policíaco.
Lo que caracteriza a esta noticia, no es precisamente los ataques al
país vecino, sino que se produce apenas una semana después que la
televisión cubana divulgara un documental sobre la disidencia, en el que
se pueden oír conversaciones telefónicas personales grabadas por la
Seguridad del Estado, mostrando fotos del rostro de los opositores a los
que se le escucha y con "toscos" montajes de voz.
Si se estableciera un parangón entre lo que se aprobó como Ley en los
Estados Unidos y lo que se hace en Cuba, habría que explicar que el
artículo 57 de la Constitución de la República prescribe: "La
correspondencia es inviolable. Solo puede ser ocupada, abierta y
examinada en los casos previstos por la Ley. Se guardará secreto de los
asuntos ajenos al hecho que motivare el examen. El mismo principio se
observará con respecto a las comunicaciones cablegráficas, telegráficas
y telefónicas".
Esto implica que aquí se viola este precepto constitucional, y el
exponer a través de los medios, las conversaciones telefónicas que
previamente fueron grabadas, reviste un carácter delictivo y los que en
el Gobierno están encargados de hacer cumplir la ley, cometen un delito
de prevaricación.
Según la periodista en cuestión, el FBI continúa su historia de abusos y
espionaje contra los estadounidenses, pero no hace mención a la
Seguridad del Estado cubana, que en estos días ha demostrado lo que ha
hecho durante más de 50 años, la forma en que hostiga a los que no
tienen las mismas ideas de los que detentan el poder, incluyendo la
violencia policial, en particular con las Damas de Blanco; e incluso la
práctica de insertar en los grupos opositores agentes de la policía
política para fisgonear, porque ciertamente la actividad que realiza la
disidencia en el país es pública.
El control de las comunicaciones le permite a la policía política dejar
sin servicio los celulares de los opositores, y también incautarlos en
el momento que estimen pertinente, algo que no está establecido en la
Ley Patriótica. También le quitan la conexión a los teléfonos fijos para
que no puedan comunicarse cuando cercan a los disidentes en sus casas –a
veces durante días- y los convierten en presos domiciliarios.
A
todo lo anterior habría que añadir, que los que así son atacados
frecuentemente por la prensa, no tienen la posibilidad de contestar, ya
que no existe en Cuba libertad de expresión y hay un control total de
los medios; así como está fiscalizada la labor periodística, para que
todo el que "salga al aire" utilice los mismos términos e igual lenguaje.
Esta doble cara que tienen los que se prestan a hacerle el juego a la
dictadura, deja mucho que desear y está muy lejos de lo que realmente
debe ser la ética de un periodista. Es por eso que esta mujer escribe
sobre algo que sucede con los vecinos, aunque aquí está potenciado.
Pero como siempre, la culpa de todo la tienen los yanquis.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=31503
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