08-03-2011.
Aimée Cabrera
(www.miscelaneasdecuba.net).- La fecha del 8 de marzo, Día Internacional
de la Mujer, no deja de ser una efeméride de amplia divulgación
oficialista en la Cuba actual.
Desde el pasado fin de semana fueron muchos los centros de trabajo y de
estudio que celebraron la fecha con algo más que la consabida
fraseología política, la cual se une a la entrega de una postal, una
flor u otro presente.
Una vez que termina la fiesta, cae el telón sobre cada una de ellas.
Solteras, casadas o divorciadas, no importa la instrucción ni el nivel
cultural que posean. Las cubanas tienen que trabajar mucho dentro y
fuera de sus viviendas.
El solo hecho de ver que cocinarán cada día es uno de los más temibles
actos de magia en que se ven involucradas, sin olvidar que tienen que
hacer malabares con el dinero para asegurar lo de siempre y los imprevistos.
Ahora que el gobierno ha puesto en vigor la medida de despedir a los que
sobran en los centros laborales, ellas se sienten más inseguras para
enfrentar todas las carencias y situaciones absurdas que aparecen por
doquier.
Cuando tienen hijos entonces se dedican a sobrellevar los malos
entendidos provocados por las diferencias generacionales y ni hablar de
la ayuda incondicional que prestan, en cuanto al cuidado y la crianza de
los nietos.
Estas mujeres como norma tienen poco tiempo para sí, y pocos momentos
para recrearse. Sus vidas se concentran en la realización de tareas poco
estimulantes.
Se les ve sola o acompañada de sus hijos, en paseos donde apenas pueden
darse el menor de los gustos. Pocas tienen la dicha de salir con su
pareja pues el cubano de estos tiempos emigra a las buenas, o a las malas.
Este 8 de marzo es un día como otro cualquiera. Los más galantes
felicitan a las que se han convertido en padres madres, y escudos fieles
de la familia. Ellas, no obstante desandan la Isla erguidas, encarando
cada reto con la mejor de sus sonrisas...
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=31515
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