22-11-2010.
Jaime Leygonier
Periodista Independiente, Hablemos Press
(www.miscelaneasdecuba.net).- En las bodegas - comercios de víveres por
la cartilla de racionamiento - exponen al público listas con los nombres
de los deudores de efectos eléctricos y ollas de presión que el Estado
entregó para su pago en plazos durante la campaña de Fidel Castro para
ahorrar electricidad.
Con esa "revolución energética" Castro compulsó a la población a
entregar sus refrigeradores viejos a cambio de nuevos que pagarían en
plazos, así como a adquirir a plazos otros equipos eléctricos y ollas. Y
muchos creen que salieron perdiendo en el cambio.
Y consecuencias de esa campaña son el endeudamiento de muchos incapaces
de pagar sus equipos y un fraude que cuesta millones al Estado por
equipos que aparecen en documentos como entregados a personas que jamás
los solicitaron y menos aÚn los recibieron.
Y el descontento de otros por la mala calidad de los equipos que pagan a
precio oneroso sin proporción con los ingresos familiares.
Al fotografiar los listados que convierten en una especie de picota
pública a una bodega de la calzada de Diez de Octubre, cercana a la
Esquina de Toyo, un vecino viejo me comentó:
"Van a llevar a juicio a muchos por no pagar los plazos. Mira, esa que
va por la acera de enfrente, es una descarada; ¿para que se enredó en
comprar lo que no podía pagar? Cogió tres equipos".
"Yo lamento haber cambiado mi refrigerador viejo "Impud"- ensamblado en
Cuba con piezas soviéticas - porque se van a romper estos refrigeradores
chinos antes de que los hayamos terminado de pagar y no hay piezas para
repararlos".
"Todo lo vendieron muy caro y malo. El mío nuevo se me rompió y me
negaron la garantía que todavía tenía año y medio, tuve que pagarles un
dineral".
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=30640
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