Friday, June 3, 2016

La Cuba contradictoria

La Cuba contradictoria
Todos los cubanos pueden y deben salvarla. Nadie debe interponerse.
Mucho menos los hermanos Castro
Viernes, junio 3, 2016 | Ana Lucía Ortega

MADRID, España.- La entrada del año 2000 supuso -en muchos casos así
fue- la ruptura de esquemas sociales, políticos, culturales y
diplomáticos. Valores presuntamente indestructibles se quebraron ante el
empuje de este cambiante mundo nuevo dominado por la información, que
hoy es el eje de la sociedad y de la vida.

A finales de 1999 nos habíamos adaptado a la destructiva idea de que la
hecatombe llegaría de la mano del famoso "efecto dos mil". Y como ésta
no se presentara -salvo en minúsculos e imperceptibles errores
cibernéticos-, nos quedamos navegando inmersos en las marismas de la
contemporaneidad. Expectantes, porque era imposible que nada hubiera
sucedido. Algo similar a lo acontecido en Cuba después de la famosa
visita papal, en enero de 1998, cuando el status quo sempiterno borró
las reminiscencias del júbilo experimentado por todo un pueblo,
esperanzado en los cambios a los que, supuestamente, estaba abocada la Isla.

En Cuba todo seguía igual mientras a principios del año 2000 un niño
cubano de seis años vivía la doble odisea de su vida. Si el balsero
Eliancito hubiera sido un pantalón vaquero, habría protagonizado una
fantástica y demoníaca imagen publicitaria demostrando la fortaleza de
las costuras, con la familia tirando de las patas: la de la madre hacia
un lado y la del padre hacia el opuesto. Quizás el cambio más palpable
fue la instalación del ya histórico pupitre de alambrón soldado de
Eliancito, emplazado en un lugar estratégico de La Habana para recibir
aclamaciones y vítores; y en el comportamiento de las jineteras que
merodeaban mucho más sutilmente por zonas hoteleras y turísticas. Aquél
año 2000 se llamó en Cuba "Año del 40 Aniversario de la Decisión de
Patria o Muerte".

La Carta Magna cubana en su capítulo siete legitima casi todos los
derechos, deberes y las garantías fundamentales protegidas por las
constituciones modernas. El artículo 62, sin embargo, es un precepto que
entra en contradicción con todo lo expresado previamente, dado que
manifiesta que ninguna de las libertades reconocidas puede ir en contra
de "la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión
del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo. La
infracción de este principio es punible." Esto significa que la libertad
en Cuba está condicionada. Disentir de lo que dice el pueblo es castigado.

Es el carácter de una Cuba contradictoria bajo los Castro donde se
pueden tener las ideas permitidas por un régimen constitucional que
ampara la máxima: "el socialismo es irrevocable y Cuba no volverá jamás
al capitalismo".

Tras quince años, se ha autorizado la comercialización de viviendas en
la isla y permitido la adquisición de automóviles a los nacionales y
extranjeros residentes de forma permanente en Cuba. Sin embargo, ninguna
de estas modificaciones legales ha representado una panacea para los
cubanos, quienes, con sus ingresos, difícilmente puedan escriturar una
hipoteca, ahorrar lo suficiente para sufragar en efectivo la compra de
un inmueble y ni siquiera reparar el lugar donde residen. La compra de
un vehículo solo se autoriza a quienes hayan obtenido ingresos en moneda
libremente convertible, en funciones asignadas por el Estado o en
interés de éste. Todo ello es un varapalo al artículo 41 de la
Constitución que proclama que todos los ciudadanos gozan de iguales
derechos y están sujetos a iguales deberes.

Anatematizar el sistema cubano ya no conduce a nada. Agua pasada no
mueve molino. Las naciones del oriente europeo han demostrado con su
descarnada inopia, el fracaso del marxismo leninismo. Las flamantes
economías occidentales sufren hoy las consecuencias de una feroz crisis
económica.

El actual acercamiento entre la Isla y Estados Unidos, ¿garantizará la
fluidez que necesita la economía insular y la modificación del
pensamiento socioeconómico del cubano, con los Castro moviendo aún los
hilos del poder? ¿Es capaz el castrismo -absoluto paradigma de "la Cuba
contradictoria"- de liderar el proceso de apertura democrática que
necesita hoy este país? ¿Ha habido algún cambio palpable en el panorama
nacional desde que se sucedieron las buenas intenciones de Obama en su
indulgente discurso durante su visita a La Habana?

Los ilusionados, los desencantados, los emigrados, los que nunca
salieron de la isla, los que estudiaron y los que no lo hicieron en las
universidades, los inventores, los que han sufrido, los que han sido
felices, los encarcelados, los que nunca fueron prisioneros ni
disfrutaron de la libertad, los que leyeron a Marx, los que leyeron a
Cabrera Infante, los que vivieron la infancia de "La Edad de Oro" de
Martí y leyeron las fantasías de Tolstoi, los que disfrutaron con el ron
a la roca que servían en "La Torre" del Focsa, los que bailaron con los
Van Van, los amantes de la música de Olga Guillot, Celia Cruz y Noel
Nicola, los creyentes, los ateos… Todos los cubanos pueden y deben
salvar a Cuba. Nadie debe interponerse. Mucho menos los hermanos Castro
amparados a la sombra del gobierno de Estados Unidos.

Source: La Cuba contradictoria | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/la-cuba-contradictoria/

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