Friday, June 3, 2016

La ciencia contra el poder: El caso de Ariel Ruiz Urquiola

La ciencia contra el poder: El caso de Ariel Ruiz Urquiola
WALDO FERNÁNDEZ CUENCA | La Habana | 2 Jun 2016 - 4:18 pm.

El científico Ariel Ruiz Urquiola asegura llevar toda la vida superando
obstáculos, en su mayoría impuestos por quienes deberían haber
facilitado su trabajo y vinculados a las implicaciones de sus
investigaciones para el Gobierno.

Ruiz Urquiola es doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de la
Habana y ha sido gestor de varios proyectos de investigación sobre la
biodiversidad cubana, principalmente referidos a especies marinas y
terrestres.

Su labor como científico tiene el aval de prestigiosas instituciones
alemanas. En la actualidad, dirige un proyecto de investigación
internacional entre la Universidad de la Habana, el Museo de Historia
Natural de Berlín y la Universidad Humboldt sobre el origen y
poblamiento de la Sierra de los Órganos, en Pinar del Río, la zona más
antigua de Cuba.

Pero Ruiz Urquiola se enfrenta ahora al mayor obstáculo de su carrera.
El Centro de Investigaciones Marinas (CIM) de la Universidad de La
Habana lo ha expulsado de su puesto de trabajo alegando supuestas faltas
de respeto hacia la directiva y ausencias.

En diálogo con DIARIO DE CUBA, el científico cuenta su versión.

¿Cuáles son los antecedentes de tu situación actual?

Considero que esta historia comienza muy atrás, cuando siendo un simple
estudiante universitario, a mediados de la década de los 90, gané un
proyecto en la primera convocatoria de programas nacionales del
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, junto con la
prestigiosa doctora María Elena Ibarra Martín, en aquel entonces
directora del Centro de Investigaciones Marinas.

Desde entonces comenzaron los problemas, debido a que los proyectos
científicos que yo me planteo son muy globales, no solo tratan de
dilucidar una pregunta puramente científica, sino que tienen componentes
sociales y económicos; o sea, tienen en cuenta la naturaleza en su
entorno local y cómo se usan los recursos naturales para obtener una
ganancia económica.

Uno de los proyectos que más tiempo ha ocupado de mi vida laboral lo
comencé en cuarto año de mi carrera en la universidad. Consistía en el
estudio de la situación de las tortugas marinas en el país.

Las tortugas marinas tienen una característica singular que se llama
filopatria. Significa que estos reptiles logran en un por ciento muy
elevado identificar la playa donde nacen y, aunque se muevan por otros
mares y costas, regresan a ese lugar para reproducirse.

Mis compañeros de estudio y yo decidimos estudiar las tortugas que
arribaban a la cayería San Felipe, en la zona de La Coloma, en Pinar del
Rio. Conseguimos alquilar un barco, pero enseguida vino la oposición del
Ministerio de la Pesca, especialmente de Elvira Carrillo, la persona que
dirigía en Cuba la pesquería de tortugas marinas y la cual defendía la
irracional idea del "uso racional de las tortugas marinas".

Solo pudimos estar seis meses debido a que no tuvimos más dinero para el
alquiler del barco, y también por la cantidad de obstáculos impuestos
por los funcionarios del Ministerio de la Pesca. Me percaté de que ellos
tenían un gran miedo de que descubriéramos la verdad, porque era una
gran falsedad todo lo que proponían para la pesca de tortugas marinas
como la carey, con el único objetivo de justificar la venta de su concha
a Japón, debido a las ganancias que este comercio ilegal le reportaba al
Gobierno.

¿Qué ocurrió después?

No me conformé con esta situación y logré escribir otro proyecto que
también estudiaba las tortugas marinas. Los resultados finales de esta
investigación arrojaron que más de un 76% de las tortugas marinas que
Cuba pescaba pertenecían originalmente al Golfo de Campeche, México, y a
Isla de Mona, Puerto Rico. Esas tortugas pasaban por un corredor
migratorio que incluía a Cuba y aquí las pescaban. Por lo tanto, Cuba
era un país depredador de esta especie con fines puramente lucrativos.
Todo esto que afirmo está documentado, y tengo pruebas y fotografías de
mis afirmaciones.

Presenté el resultado de mis investigaciones en un Congreso
Internacional de Tortugas Marinas celebrado en México en 2008, y allí se
desató un gran escándalo cuando revelé estas acciones ilegales del
Gobierno cubano. Me acusaron de dañar la imagen del país, de vendepatria
y traidor. Incluso me aconsejaron no regresar a Cuba porque podía caer
preso; pero yo decidí volver porque no tenía nada que temer y podía
aclarar la situación.

Debido a esto se había orquestado un juicio en mi contra en la
Universidad de La Habana, pero al entrevistarme con el asesor jurídico
del rector y presentarle todas las pruebas que avalaban mis
afirmaciones, la vista se suspendió y gané el proceso por "beneficio de
la duda".

¿A qué tipos de obstáculos te has enfrentado para la realización de tu
último proyecto científico sobre la naturaleza cubana?

Para este último proyecto científico, titulado Estudio filogeográfico de
especies en la Sierra de los Órganos, todo han sido obstáculos por parte
de las personas responsables de facilitarlo. Desde lo más sencillo, como
incumplir con las dietas presupuestadas para la investigación, hasta lo
más importante, como son numerosas trabas para obtener los permisos de
acceso a las áreas naturales, de recolecta de muestras y el autorizo
para que estas muestras sean analizadas en laboratorios alemanes.

No puedo acceder al expediente científico del proyecto, lo que me
imposibilita hacer informes. Existe además un fraude inter-institucional
fabricado por la directora del Centro de Investigaciones Marinas, la
doctora Silvia Patricia González Díaz, y el director del Centro de
Inspección y Control Ambiental, el maestro en Ciencias Antonio Casanova
Guilarte, que consiste en presentar una documentación falsa como si
hubiera estado elaborada por mí, pero en realidad está hecha por ellos.

No le tramitaron la visa académica al doctor Thomas von Rintelen, la
contraparte alemana de esta investigación. Es decir, la dirección del
Centro de Investigaciones Marinas viola de manera flagrante los términos
aprobados para la realización de este proyecto científico.

¿Cuál es tu situación laboral en estos momentos?

Fui expulsado del Centro de Investigaciones Marinas por ausencias
injustificadas, pero todo esto es un complot en mi contra... Me fueron
acorralando poco a poco, un obstáculo hoy y otro mañana, todo lo cual me
causó una grave depresión y tuve que atenderme con especialistas del
Centro de Salud Mental de Playa.

Los médicos me dijeron que no podía ir al lugar que me había provocado
mi estado y esa es la principal causa de mis ausencias. De todas formas,
no me rendí y presenté una denuncia ante la Fiscalía General contra la
directora del Centro de Investigaciones Marinas, Silvia Patricia
González Díaz; el rector de la Universidad de La Habana, Gustavo
Cobreiro Suárez; la decana de la Facultad de Biología, Alina Forrellat
Barrios, entre otras personas, a los cuales acuso de abuso de poder,
prevaricación, coacción, entre otros delitos. Impugné la medida de
expulsión y estoy a la espera del fallo del Órgano de Justicia Laboral,
luego de que hace unos días se realizara la vista pública de mi caso.

¿Cuál es tu mayor deseo en estos momentos?

Que me dejen trabajar en mi proyecto y que todos los funcionarios
comparezcan ante la justicia y sean juzgados por sus actos violatorios
contra mi persona y contra este proyecto científico. Ese es mi único y
mayor deseo.

Source: La ciencia contra el poder: El caso de Ariel Ruiz Urquiola |
Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1464877085_22807.html

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