¿Llegó la hora de invertir en Cuba a pesar de las trabas?
De Por MICHAEL WEISSENSTEIN | Associated Press
JIBACOA, Cuba (AP) — Hace 20 años una empresa canadiense firmó un
contrato para construir campos de golf y condominios a lo largo de unos
4 kilómetros (2,5 millas) de lomas y playas bañadas por las aguas color
esmeralda del Estrecho de la Florida a escasos 65 kilómetros (40 millas)
de La Habana.
Año tras año, el proyecto quedó en veremos. Hasta que Estados Unidos y
Cuba iniciaron un acercamiento, desatando un boom turístico. Hoy, la
empresa de Montreal 360 VOX dice que se prepara para comenzar las obras
e invertir 1.400 millones de dólares en un campo de golf con 27 hoyos de
golf, cuatro hoteles de lujo y 2.700 casas y departamentos suntuosos a
ser vendidos a extranjeros.
"Algunos querrán ir a Eagle's Peak a ver el amanecer, ir a una clase de
yoga en un sitio donde pueden saludar al sol", expresó el director del
proyecto Guy Chartier mientras observaba extensiones de playa con
viviendas de piedra prerrevolucionarias y campamentos públicos de la era
soviética. "Otros querrán jugar una ronda de golf".
A escasa distancia hacia el oeste, una firma china se prepara para
construir otro hotel con campo de golf en un sector alguna vez prometido
a intereses británicos que se tuvieron que ir de Cuba en el 2011 en
medio de acusaciones de corrupción. Más cerca de la playa de Varadero,
otra empresa británica planea empezar a trabajar hacia fin de año en un
complejo con un campo de golf de 18 hoyos y playa con 1.000
departamentos y casas.
Los inversionistas le han puesto el ojo a Cuba y los funcionarios
comunistas y las empresas internacionales esperan cambiar la reputación
de la isla como un sitio donde los proyectos de inversiones siempre
quedan en la nada. Un año y medio después de la normalización de
relaciones con Estados Unidos, Cuba se prepara para lo que puede ser una
nueva era de inversiones extranjeras u otra tanda de proyectos que no
prosperan.
Luego de tomar el control de Cuba en 1959 y de nacionalizar empresas
estadounidenses que eran dueñas de buena parte de la isla, Fidel Castro
impuso una economía socialista centralizada que dependía de los
subsidios multimillonarios de la Unión Soviética. Tras el derrumbe
soviético, Cuba reemplazó esos millones con petróleo venezolano
subsidiado por el gobierno socialista de Hugo Chávez.
El colapso de la economía venezolana dejó ahora a Cuba tratando de tapar
agujeros en su presupuesto mediante una esperada ola de turismo y de
inversiones del capitalismo internacional, sediento de ganancias.
Las cosas, no obstante, se mueven a paso lento.
A pesar del detente declarado en diciembre del 2014 por el gobierno de
Barack Obama, el embargo comercial estadounidense sigue vigente e impide
la mayoría de las inversiones estadounidenses en Cuba, al tiempo que
complica las de otros países. A esto se suma una burocracia que hace que
tome meses procesar un solo documento, para que pase de un ministerio a
otro. Por ello no extraña que pasen años, si no décadas, sin que se
registren grandes progresos en los proyectos.
"Oyen hablar de la normalización de relaciones con Estados Unidos y
piensan 'tal vez Cuba esté abriéndose realmente'" al mundo, dijo Richard
Feinberg, autor del nuevo libro "Open for Business: Building the New
Cuban Economy" (Listo para hacer negocios: La creación de una nueva
economía en Cuba). "Pero luego visitan la isla y comprueban que
permanecen muchos de los obstáculos que impiden completar los proyectos".
In Jibacoa, 360 VOX espera poner fin a una espera de 20 años y comenzar
los trabajos en el segundo semestre del 2017.
"Si hay algo que se necesita aquí es paciencia", expresó Chartier. "Las
empresas no deben venir a Cuba si no tienen planes a largo plazo".
Un puñado de firmas pequeñas han comenzado a construir proyectos en la
Zona de Desarrollo Económico de Mariel, un puerto de bajos impuestos que
Cuba espera atraiga inversión extranjera y comercio. Las autoridades
cubanas dicen que más de una docena de proyectos están a punto de ser
aprobados. El conglomerado de artículos para el consumidor Unilever
regresa a Cuba luego de una ausencia de cinco años con una fábrica de 35
millones de dólares que producirá jabones, pasta de dientes y otros
bienes para el cuidado personal. Cuba está firmando asimismo acuerdos
para la inversión extranjera en fuentes de energía limpia, parte de
iniciativas que buscan poner fin a la dependencia del petróleo venezolano.
Obama no puede levantar el embargo por su propia cuenta --eso está en
manos del Congreso, controlado hoy por los republicanos, que se oponen
mayormente al acercamiento a Cuba--, pero ha suavizado las
restricciones, permitiendo por ejemplo que la startup Cleber LLC instale
una pequeña fábrica en la zona de Mariel, que será la primera fábrica
estadounidense que funcionará en Cuba desde la revolución de 1959. A
pesar de la cálida recepción que le dieron los funcionarios cubanos, la
empresa sigue esperando que se complete el papeleo.
"Es un proceso tedioso, muy vigilado. Entiendo que se tomen su tiempo",
afirmó al fundador de la firma Saul Berenthal.
Los nuevos proyectos en marcha no generarían ni por asomo los 2.000
millones de dólares al año en inversiones extranjeras que el gobierno
cubano dice necesitar para superar décadas de producción anémica y una
exagerada dependencia de las importaciones.
Es imposible saber qué tan lejos está Cuba de ese objetivo. En uno de
los países menos transparentes del mundo, datos básicos sobre la tasa
anual de inversiones extranjeras son un secreto nacional.
"Tenemos que proteger nuestras estadísticas, nuestra información con
mucho cuidado", afirmó José Chaple, director de políticas comerciales
para América Latina y el Caribe del Ministerio de Comercio Exterior.
"Para defendernos de ataques".
Los proyectos que más se mueven en la isla parecen ser los de GAESA, un
conglomerado manejado por los militares que es dueño de más de una
tercera parte de las entre 50.000 y 60.000 habitaciones de hotel que hay
en Cuba y que planea construir otras 30.00 para el 2030, la mayoría en
complejos de playa con todo incluido.
En el principal puerto cubano, administrado también por los militares,
el tráfico de barcos con contenedores subió un 40% desde el 2014, en que
las operaciones fueron trasladadas de La Habana a Mariel, una pujante
ciudad industrial al oeste de la capital.
Se espera que el tráfico naval siga subiendo el año que viene, cuando se
complete el demorado dragado del puerto, que permitirá la llegada de los
barcos más grandes que se dirigen al nuevo y más amplio Canal de Panamá.
"No hay ningún otro sitio donde preferiría estar en este momento",
aseguró Charles Baker, director ejecutivo de la firma operadora de
puertos de Singapur PSA International, contratado por los militares para
administrar el puerto de Mariel.
El empresario belga Benoit Croonenberghs está invirtiendo 8 millones de
dólares en dos empresas basadas en Mariel: una fábrica de controles
electrónicos y filtros de agua y un depósito de camiones y maquinaria
pesada para alquiler.
La empresa familiar de Croonenberghs opera desde hace 33 años y genera
90 millones de dólares anuales en ventas al gobierno.
Pero su entusiasmo no parece contagioso.
Dice que recibió a casi dos docenas de empresarios belgas desde que
comenzó el detente y que nadie ha mostrado interés en invertir en Cuba.
"Con excepción de nosotros, nadie está invirtiendo", dijo Croonenberghs.
"Quieren ver que esto funciona".
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Michael Weissenstein está en https://twitter.com/mweissenstein
Source: ¿Llegó la hora de invertir en Cuba a pesar de las trabas? -
Yahoo Finanzas España -
https://es.finance.yahoo.com/noticias/lleg-la-hora-invertir-en-cuba-pesar-las-162621848--finance.html
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