Monday, June 20, 2016

El apocalipsis según San Eliades

El apocalipsis según San Eliades
Eliades Acosta Matos no fue otra cosa que una de las estrellas fugaces
que pasaron por el firmamento político nacional
Lunes, junio 20, 2016 | Víctor Manuel Domínguez

LA HABANA, Cuba.- Nadie sabe si fue defenestrado, excluido por
corrupción, o hecho polvo por saborear antes de tiempo las mieles del
poder, exclusivas para quienes tiraron cuatro tiros en la Sierra
Maestra, un cañonazo en Playa Girón, o enviaron a la guerra en países
lejanos a un pueblo cuya batalla campal por más de medio siglo ha sido
la de vestirse y comer.

Lo dudoso "es que un ensayista filósofo como Eliades Acosta Matos, un
intelectual nacido y formado por la revolución cubana, parte de una
generación que no claudicó en los verdaderos años duros, los que
siguieron a la decepción y a la deserción de muchos en el mundo", según
Enrique Ubieta, sea un quedadito más en República Dominicana.

Merengue apalmichao. ¿O atapiñao?

Su intervención durante los debates generados por el panel "Construyendo
el futuro de Cuba. Avances y propuestas", celebrado en Santo Domingo de
forma colateral a la 46 Asamblea General de la Organización de Estados
Americanos (OEA), dejó un sabor a fango, misa en escena, clonación
política, o provocación inducida, entre los asistentes.

Imbuido de un aire señorial, distante, perdonavidas, chulampín; traje,
cuello y corbata como un playboy revolucionario de actualidad, con
trasfondo verde olivo, Acosta Matos cuestionó lo expresado desde una
visión alternativa al poder por un grupo de cubanos que, acompañados por
la expresidenta costarricense, Laura Chinchilla, debatían sobre la
realidad de la isla en su contexto cambiante, ¿reformador?, y tal vez
inclusivo.

Con similar discurso a las retrógradas consignas que aún se escuchan de
dientes para afuera en la isla –apagadas por las voces de los
pregoneros, el claxon de los almendrones, la música invasiva y otros
ruidos poscomunistas en la nación–, exigió hablar del bloqueo, el
internacionalismo, la procedencia del dinero y otros desatinos,
pretextos, cortinas de humo levantadas por el poder para demonizar a la
oposición.

Desde su "humilde" presentación: "Soy Eliades Acosta Matos, cubano,
llevo seis años residiendo en Santo Domingo", se dispararon las alarmas
de quiénes lo conocíamos.

¿Será él o el fantasma de quien se convirtió en un divo en el escenario
político cultural de la revolución? ¿Es un déjà vu o este no es otro que
aquel que propagaba desde el púlpito verde olivo los salmos ideológicos
de la curia marxista-leninista en el poder?

Por si acaso, y sin importar si era un fantasma, un quedadito, o un
sembrado allá, Laritza Diversent y Manuel Cuesta Morúa, partes del panel
organizado por el Centro para la Apertura y Desarrollo de América Latina
(CADAL), y moderado por Hernán Alberro, demolieron con creces un
discurso que a todas luces tenía un tufo provocador.

San Eliades, "El categorizador"

Conocido por su polémica "categorización de usuarios" –primero
extranjeros, luego profesionales, después estudiantes de arte, y, por
último, pueblo en general– durante su estancia como director de la
Biblioteca Nacional José Martí, Eliades Acosta Matos estudió filosofía
en la URSS, y volvió a Cuba montado por el espíritu de Carlos Marx.

Autodenominado como reformista, demócrata y no se sabe qué más dentro de
la revolución, Acosta Matos no fue otra cosa que una de las estrellas
fugaces que pasaron por el firmamento político nacional, que al estilo
de Hassan Pérez, María Victoria Velázquez, Felipe Pérez Roque o Carlos
Lage, se apagaron apenas comenzaban a brillar

Autor de la monserga panfletaria "El apocalipsis según San George"
(Ediciones Abril, La Habana, 2005), construida con retazos de citas y
títulos extraídos de textos escritos por Carlos Marx, Edgar Allan Poe,
Howard Phillip Lovecraft, José Martí, Sigmund Freud y Michael Moore,
entre otras decenas de autores que de una u otra forma enfilaron sus
plumas contra el imperio yanqui, Acosta Matos se consideraba un
auténtico transgresor.

En el prólogo al libro de marras, Enrique Ubieta, otro patético
amanuense del poder, lo calificó como un intelectual cuyo corazón y
cerebro están en el Sur, en este lado oscuro del planeta, en este otro
mundo, "con los pobres de la tierra"; de ahí que sorprendiera que un
revolucionario con tantos dones abandonara el país y reapareciera, más
de una década después, defendiendo en otra nación los "principios" que
un día ¿traicionó?

Si bien no resulta novedoso que turbas pagadas, adiestradas y azuzadas
por las autoridades cubanas deambulen por el mundo contra quienes no
comparten ideas, discursos, consignas, permanencia y otros males de la
revolución, resulta muy extraño que alguien desmontado del poder
oficial, se sume a esta comparsa de ocasión.

El apocalipsis según San Eliades, "El categorizador", sería que los
hábitos de consumo, la frivolidad, el deseo de confort, el amor al
dinero y a lo material, entre otras supuestas deformidades adjudicadas
desde Cuba al imperio del norte, llegaran a la Isla como un arma letal
contra la revolución, mientras él los comparte alejado de su tierra natal.

Por eso me resulta risible que Ubieta lo "imaginara peleando con el
teclado de la computadora para que no se escapen las ideas que llegan
furiosas, implacables, al galope, como llamadas por el corneta que toca
a degüello", como a un neomambí armado con lanza de silicona y escudos
de papeles reciclados por la revolución.

Cursi, bufonesco, patético este apocalíptico señor. ¿O, taimado,
deshonesto, arrepentido, enviado a cumplir una misión? No importa. La
historia lo absorberá como a ese pírrico gladiador que ganó incontables
escaramuzas de salón, con un mojito helado en mano, nueve letras
trocadas: fidelidad, dos puntapiés en el trasero, y un largo adiós.

vicmadomingues55@gmail.com

Source: El apocalipsis según San Eliades | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/el-apocalipsis-segun-san-eliades/

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