El último jonrón de Yulieski
IVÁN GARCÍA | La Habana | 8 Feb 2016 - 11:45 pm.
Lo peor de la locura es perder el sentido de la realidad. La fuga de
película de los hermanos Gourriel, pasada las dos de la madrugada en
Santo Domingo, corriendo hacia un van y perseguidos por un sicario de la
Seguridad del Estado, tiene varias lecturas, decepcionantes todas.
Nos vuelve a recordar de la excepcionalidad del sistema cubano. Alejo
Carpentier retrató magistralmente la decadencia de la efervescencia
revolucionaria en El siglo de las luces. Y Antonio José Ponte lo
describió con una idea exacta: Cuba es un nuevo arte de hacer ruinas.
Pero me quedo con una cita del intelectual Gabriel Calaforra: "Vivimos
en un caos controlado". Porque de eso se trata.
Pero demos una vuelta por La Habana para conocer opiniones sobre la
huida de Yulieski y Lourdes Jr. Gourriel.
Sentado al pie de un busto de Martí, a la entrada del antiguo Instituto
de la Víbora, Raciel y Junior, estudiantes de preuniversitario, debaten
sobre la actuación de Cristiano Ronaldo en el último partido del Real
Madrid contra el Levante.
Cuando se le pregunta sobre la marcha de los Gourriel abren los ojos
asombrados. "Na, ¿que el Yuli y su hermano se fueron tumbando? Ño asere,
de verdad que Cuba está en candela", dice Junior. Y un reguero de
especulaciones se desata.
Giordanis, negro delgado con un peinado estrafalario, asegura: "Puro, a
cualquiera que le ofrezcan cien millones de dólares es una buena razón
para dejársela en la mano a esta gente. Si hubiera una posibilidad, casi
todos los cubanos nos fuéramos pa'l carajo".
En la zona WiFi ubicada en el parque del Mónaco, bajo una marquesina de
un cine venido a menos, también se habla de la noticia del día.
"Se van y se seguirán yendo peloteros. La vida de un deportista es
corta. Y la política de contrataciones del Gobierno es muy lenta. Nadie
está por la labor que una Comisión sea la que consiga sus contratos.
Yulieski es la última estrella de la pelota cubana que puede jugar sin
pasar por ligas menores. De cabeza pa'las Grandes Ligas. Les deseo lo
mejor, aunque dicen que su padre es chivatón y hay rumores de que el
Yuli estaba ajuntao con una nieta del bárbaro [Raúl Castro]", señala
Odelvis.
A Leodanis, con una gorra de los Marlins, no le sorprende. "Ya Yulieski
venía marcando la pira. Cuando se fue de Japón todo el mundo sabía que
más tarde o más temprano se iba echando. Aquí lo trataban a cuerpo de
rey por las conexiones suyas con la familia real [por los Castro]. Pero
todo el mundo sabe que estaba embarajando el tiro. Con 31 años sabe que
no le queda mucho tiempo para jugar pelota al máximo nivel".
En la céntrica peña beisbolera del Parque Central, la noticia detonó
como si hubiese caído una bomba de racimo. Un tipo que se frota las
manos para amortiguar el aire invernal que asola a La Habana dice:
"Candela, van a tener que cerrar la Serie Nacional por falta de peloteros".
Todos quieren hablar a la vez y se forma una algarabía incomprensible.
"Ahora sí que no le ganamos ni Angola si hace un equipo de pelota. Pero
caballeros, cuándo esta gente de la Comisión [Nacional de Béisbol] se
van dar cuenta que si no le resuelven contratos a los peloteros van a
tener que jugar con los veteranos retirados", apunta un señor mientras
se ajusta sus gafas de tosca armadura.
En los viejos taxis colectivos y paradas de ómnibus se comenta la huida
de los hermanos Gourriel. Fanáticos de Industriales, como Rogelio, lo
lamentan: "Nos va a faltar el tercer y el quinto palo. Pero la verdad
que los Gourriel tenían un arrastre de madre. Ellos nunca ganaron nada
en la Serie Nacional. Ojalá triunfen en la Yuma".
Yulieski Gourriel, de calle, era el mejor pelotero cubano de la
actualidad. Cuando jugaban en Cuba, José Dariel Abreu, Yoenis Céspedes,
Rusney Castillo y Héctor Olivera, por sus números, Gourriel era el
número uno.
Yulieski tiene todas las herramientas para triunfar. Buen brazo,
excelente a la defensa, puede robar más de 25 bases por temporada en la
MLB y pegar 20 jonrones. Su asignatura pendiente son los juegos
decisivos. El bate se le congela.
Más allá del ámbito deportivo, el caso Gourriel es otra evidencia, una
más, del fracaso político y social del delirante "modelo" cubano.
En un país normal un deportista de alto rendimiento no tiene que saltar
la cerca. El control social, la doble moral e inexistencia de libertades
políticas han transformado a Cuba en una sociedad de zombis.
Baste echar una ojeada a la prensa oficial online. La misma nota
publicada en Granma, fue reproducida —si acaso con una foto distinta— en
las ediciones digitales de Cubadebate, Prensa Latina, Agencia Cubana de
Noticias, Juventud Rebelde, Trabajadores y Radio Reloj, entre otras. De
los medios que se salieron del guión oficial, en internet localizamos
dos: los periódicos Escambray, de Sancti Spiritus (provincia natal de
los Gourriel) y Vanguardia, de Villa Clara.
La reportera Elsa Ramos, de Escambray, telefoneó a la familia de
Yulieski y Lourdes Jr. en La Habana. Yunieski, el hermano mayor,
declaró: "Perdimos el contacto con ellos después del último juego, no
estaban en Facebook y el celular daba apagado. Todas las noches se
habían comunicado con nosotros. Nos enteramos por la misma vía de todo
el mundo y no sabemos nada de ellos".
Al margen, Yunieski confirmó su incorporación a Industriales el próximo
sábado, cuando se reanuda la Serie Nacional. "Yo voy a seguir jugando en
los azules", aseveró.
Por su parte, Mayli Estévez, periodista de Vanguardia, escribió: "La
noticia levantó temprano a la fanaticada nacional y pasó de boca en boca
y de barrio en barrio: 'Los Gourriel se quedaron'. Lo dijo primero El
Nuevo Herald y para hacerlo oficial se esperó la aclaración de La Habana".
De todos los sitios oficiales, el que más comentarios de lectores tenía
era Cubadebate: más de 160. Algunos bastante críticos, como éste: "El
cinismo se paga con cinismo. Espero que esa galleta sin manos le sirva
al INDER y la Comisión Nacional de Béisbol para acabar con la mafia y el
nepotismo".
Es que la gente ya no se calla. Pero no hay canales institucionales para
revertir el estado de cosas. Hacer dinero es sospechoso. La autocracia
fiscaliza cada uno de los sectores sociales. Es el que premia o castiga.
Esa falta de independencia y libertad es la clave de por qué la gente
huye. Cuba es un manicomio gobernado por un clan de ancianos que viven
en otra dimensión. Las sociedades totalitarias son culpables de crear
tipos mentirosos, oportunistas y conductas impropias.
Es lo que trajo el barco verde olivo. Los hermanos Gourriel son un buen
ejemplo. Su fuga despertó la ira oficial.
Julio Cesar Bayard, comentarista deportivo, pasada la 1:30pm leía con
voz engolada una nota de prensa gubernamental en Radio Rebelde,
condenando "la deserción ante los mercaderes del deporte".
Existe un conflicto de intereses. El régimen quiere profesionalizar el
deporte, pero siendo el intermediario. Muchos peloteros quieren
administrar sus finanzas y jugar en las ligas que más les convengan.
Ni Cantinflas puede entender el sofisma de la propaganda oficial.
Source: El último jonrón de Yulieski | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1454971501_20080.html
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