Agricultura, mercado y tecnología

Agricultura, mercado y tecnología
¿Hasta cuándo tendrán los cubanos que vivir en función de
las condiciones climáticas para conseguir alimentos, como los antiguos
egipcios que dependían del río Nilo?
José Rey Echenique, Houston | 08/02/2016 2:26 pm

El reciente artículo del periódico Granma titulado "Reencontrar la ruta
del abastecimiento", a mi juicio, es más de lo mismo.
El artículo alude a la desaparición de algunos productos del agro y al
aumento de los precios de los que quedaron. Se culpa a la falta de
producción y a la presencia de intermediarios en el mercado de los
productos agrícolas, pero se olvida algo fundamental: es la falta de
tecnología en la agricultura lo que más afecta.
Con un mayor desarrollo tecnológico se podría abaratar los costos y
ahorrar tiempo. Con las tecnologías no solo la producción aumentará,
sino también esa producción no demorará mucho tiempo en llegar a los
mercados.
Sin embargo, el Gobierno no ha hecho las inversiones necesarias. ¿Hasta
cuándo seguiremos culpando a las condiciones climáticas? ¿Tendremos que
seguir dependiendo de las condiciones climáticas para poder alimentar al
pueblo, como lo hacían los antiguos egipcios, que dependían de que las
aguas del Nilo se desbordaran?
Siempre en la economía influirán las condiciones climáticas, pero para
ponerlas a nuestro favor también son propicias las tecnologías.
Creo que problema cubano es crónico y sistémico. Es mi opinión personal.
Todos los factores de producción en economía están relacionados. La
ausencia de mercado y de normas y libertades que lo rijan, ha llevado a
la ruina al país.
La ausencia también de un mercado mayorista y la presencia de dos
monedas es otra dificultad bastante compleja para los emprendedores por
cuenta propia.
Otro problema es el de la doble contabilidad, a causa de la cual, los
economistas cubanos apenas pueden dibujar una línea divisoria aproximada
entre su PIB real y el nominal; ni tampoco tienen un índice certero del
poder adquisitivo de la moneda nacional con respecto al dólar que,
evidentemente, no es de 25 por uno.
Con una economía tan insolvente, esto es imposible. Por lo menos yo
nunca me tragué la guayaba. ¿Cuándo van a declarar la llamada hora cero?
Otro aspecto es el del envejecimiento y el desempleo que debe ser
colosal en este momento. Así como las deudas millonarias que ha
contraído el Gobierno a lo largo de más de cinco décadas.
La agricultura, y la economía doméstica solo son síntomas de la crisis,
que ahora con el golpe electoral recibido por el gobierno venezolano de
Nicolás Maduro y la desaceleración de la economía China se pondrá más
difícil.
La gestión de los Castro ha arruinado a la nación. Digámoslo sin
tapujos. El mejor criterio acerca de la economía no lo tiene el
especialista de esta materia, sino el hombre común cuando se sienta a la
mesa, como dijera un gran economista en su momento. Y el hombre común
está harto.

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