A un año del 17 de diciembre, ¿quién sacó ventaja?
El Gobierno de EE UU ha demostrado flexibilidad, tolerancia y
disposición. Y eso ha sido un punto a su favor.El Gobierno de Cuba ha
demostrado todo lo contrario
PEDRO CAMPOS, La Habana | Diciembre 17, 2015
Ya han aparecido varios artículos alusivos al primer aniversario del
inicio de la normalización de las relaciones entre Cuba y EE UU
valorando los resultados.
Para algunos no ha pasado nada: todo sigue igual. Pero se restablecieron
las relaciones diplomáticas y se han logrado algunos acuerdos
institucionales sobre control de drogas, tráfico de personas e
intercambio de correo.
Por su parte, el presidente Obama dictó varias resoluciones que al decir
de varios analistas políticos, convirtieron el embargo en un queso
emmental y se comenzó a hablar del tema de las compensaciones, mientras
varias delegaciones de alto nivel, político, diplomático y económico de
EE UU, han venido a Cuba a estudiar y a proponer soluciones y acuerdos,
aunque poco o nada han conseguido.
El Gobierno cubano también ha propuesto lo suyo: "No puede haber una
normalización de las relaciones entre ambos países mientras se mantengan
el bloqueo y la Ley de Ajuste Cubano y no se devuelva la Base Naval",
"no daremos ni un paso atrás", "no haremos concesiones" y en buen
castellano: aquí las inversiones que se van a permitir son las que
interesen al Gobierno cubano, bajos las condiciones que él entienda.
Algo ha quedado muy evidente: la disposición del Gobierno de Obama a
avanzar en el desarrollo de las relaciones multilaterales, la
cooperación en diversos campos con el gobierno y la sociedad cubanos y
la indisposición del Gobierno de La Habana a dar pasos concretos que no
sean los que beneficien los intereses estrechos del
Gobierno-Estado-Partido, que no quieren decir precisamente los de todo
el pueblo cubano.
El Gobierno de Obama, respondiendo a intereses estratégicos en la
región, ha demostrado ante el mundo, ante su pueblo y el pueblo cubano
su disposición a avanzar en la normalización y estrechamiento de las
relaciones con Cuba, dando una serie de pasos permitidos al Ejecutivo.
Ha dejado claro que hay una serie de leyes relacionadas con el
bloqueo-embargo que correspondería desmontar al Congreso, con el cual ha
estado trabajando para tratar de levantarlas.
El Gobierno cubano, se ha "plantado en sus trece". Sabe que para que
haya un movimiento en el Congreso en relación con las leyes del embargo-
bloqueo, deberá comenzar un claro proceso de democratización en el país,
como pudiera ser hacer una amnistía, decretar la libertad de expresión y
asociación e iniciar un diálogo con la oposición y el pensamiento
diferente, con toda la nación sobre una nueva Constitución y a una nueva
ley electoral democráticos.
Pero no da señales en ese sentido, en tanto el único Partido existente y
que según la Constitución vigente dirige los destinos de Cuba se resiste
a cumplir los acuerdos del VI Congreso de 2011 sobre el establecimiento
y desarrollo del cuentapropismo, el cooperativismo, la autonomía
empresarial, y la apertura a las inversiones extranjeras, al tiempo que
la economía sigue en picada y su imagen se deteriora constantemente.
Está claro: si hay libertad, si hay democracia, si se respetan los
derechos humanos, nadie va a venir a exigirte que cumplas con esos
preceptos. Hace tiempo fue escrito: una democratización política y una
socialización de la economía permitirían un acolchonamiento del impacto
de la inversión y de unas relaciones más estrechas con EE UU. Se nos
hizo el caso del perro.
Además, en el último mes, el cierre de la frontera de Nicaragua con
Costa Rica para impedir el paso de cubanos hacia EE UU ha creado un
conflicto migratorio regional, con muchos filos cortantes. Todo indica
que Cuba está detrás de la decisión nica, como parte de su anunciado
interés en que se elimine la Ley de Ajuste Cubano. Sin embargo, lo que
parece haber logrado es demostrar ante el mundo la incapacidad de su
improductivo sistema estatal-asalariado y la falta de libertades
políticas y civiles en Cuba que, en lugar de atraer a los jóvenes, los
impulsa a la aventura migratoria, al tiempo que se ha evidenciado su
interés en complicar, en vez de solucionar, el referendo
cubano-estadounidense.
¿Quién ha sacado ventajas de este proceso? El Gobierno de EE UU ha
demostrado flexibilidad, tolerancia y disposición a resolver el
diferendo con Cuba. Y eso ha sido un punto a su favor.
El Gobierno de Cuba ha demostrado todo lo contrario: inflexibilidad,
intolerancia e indisposición a resolver el diferendo, y además,
incapacidad para adelantar cambios y hasta su inconstitucionalidad al
oponerse a cumplir las orientaciones del Partido Comunista, porque,
estalinistamente, ha creído que hacerlo sería "como entregar la
revolución a sus enemigos de clase: los trabajadores por cuenta propia,
los cooperativistas, los pequeños, medianos y grandes capitalistas".
Los gobernantes cubanos han confirmado que con tal de mantenerse en el
poder, son capaces hasta de incumplir los acuerdos del Partido que ellos
mismos forman, acuerdos que deberían garantizar el desarrollo económico,
político y social del país, descentralizar el poder, socializarlo y
diversificar y ampliar las fuerzas productivas y las relaciones de
producción que expandieran la economía.
Habría que concluir, por tanto, que hasta el Partido Comunista, bajo la
presión de sus bases, concibió soluciones que van contra los intereses
del estatalismo populista y decadente representado en la cúpula del
partido y del Gobierno y eso también sería otro punto a favor de la
política de Obama que, en cambio, se mostró favorable a ayudar
económicamente a los cubanos emprendedores, para lo cual el Gobierno
cubano no ha dado las facilidades necesarias.
Hoy, el Gobierno cubano no quiere caminar por la alfombra azul tendida
por Obama, ni por la roja tendida por su propio Partido Comunista, ni
por una combinación de ambas. Prefiere seguir montado en el penco viejo,
cojo y maltrecho del estalinismo más vulgar que no ayuda a la solución
de los problemas con EE UU y lo conduce al abismo del que una vez habló
Raúl, aunque no creo que ése sea el camino que él quiera andar.
Por cierto, lo ocurrido en las elecciones presidenciales en Argentina y
en las parlamentarias venezolanas apunta a una complicación del
escenarios latinoamericano para esa Cuba estancada. Más que nunca
apremia una democratización de la política y la economía.
Source: A un año del 17 de diciembre, ¿quién sacó ventaja? -
http://www.14ymedio.com/opinion/ano-diciembre-saco-ventaja_0_1909009082.html
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