Wednesday, July 22, 2015

A santo de qué vienen los papas a Cuba?

¿A santo de qué vienen los papas a Cuba?
En septiembre Cuba redondeará récord. Junto a Brasil, la Isla va a ser
uno de los dos únicos países que habrán recibido a tres Papas
miércoles, julio 22, 2015 | José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba. -"Si sigue así -sentenció el general Raúl Castro sobre
el Papa Francisco-, volveré a rezar y regreso a la iglesia". Es algo que
pudo haber preocupado a los católicos honestos, mientras que a
muchísimos cubanos nos recordaba las palabras del indio Hatuey frente la
hoguera, aquello de que si sus represores iban al cielo, él prefería ir
al infierno, con tal de no volver a encontrárselos por allá.

De modo que entre las esperanzas que nos toca abrigar en vísperas de la
próxima visita del Papa a Cuba, alinea la de que éste no haya seguido
así, tal y como lo vio para su regocijo el general, y sin que importe
mucho lo que haya querido decir con el monosílabo "así". En cualquier
caso, ello no impediría que alguna utilidad nos traiga la visita,
programada para septiembre. No nos quedará sino esperar. Por más que
esperar, en nuestras circunstancias, no es derivación de la esperanza
católica, sino apenas significa lo contrario de desesperar.

Se afirma que en tanto ha sido facilitador del acercamiento diplomático
entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, este Papa quizá tenga
mayores posibilidades de influir en nuestros caciques. Lo que no parece
estar claro para nadie es en la dirección en que podría influir. ¿Será
para que de una buena vez tengamos democracia, con todos sus defectos y
limitaciones pero democracia al fin? ¿O para que se respete nuestro
derecho a pensar y a actuar y a elegir y a vivir y a expresarnos
libremente? ¿O para que cesen las golpizas a mujeres y hombres
indefensos, sólo por exteriorizar pacíficamente su oposición al régimen?
¿O será que el Papa Francisco viene a hacer uso de su influencia, sobre
todo, para propiciar un mejor posicionamiento de la iglesia católica en
la Isla?

Tampoco es que tengamos que esperar mucho de alguien que realmente nos
resulta ajeno, por más que ya rueden por ahí encuestas asegurando lo
contrario.

Hay un sustancial distingo que no estamos haciendo cuando nos referimos
a la relación de los cubanos de hoy con el catolicismo, el cual
ciertamente ejerce aún una relativa ascendencia entre el pueblo, en
parte como remanente de viejas tradiciones, y en parte (mayor) por su
vinculación litúrgica con la santería de origen afro, que ya cuenta aquí
con muchos más devotos que la iglesia de Roma. Pero una cosa es que
nuestra gente acepte el misterio de la Santísima Trinidad y que adore a
la Caridad del Cobre, y otra bien diferente es que se sienta atraída por
las autoridades de la iglesia católica o que se identifique con ellas.

La verdad es que aquí un babalawo es mucho más solicitado y acapara
mayor credulidad que un cura (o que un obispo) por parte de la mayoría,
con todo y que las viejas estadísticas insistan en que el catolicismo se
extiende a poco más de la mitad de nuestra población, basándose quizá en
la cifra fría de los que son bautizados al nacer, aunque ya se sabe que
cuando chiquitos no se vale.

Pudo ser otra la situación en el pasado, pero en este justo momento la
Iglesia Católica Apostólica y Romana no es representativa de la
población cubana, y sus líderes no lo son para nosotros, en modo alguno.
No es que me alegre o me entristezca esta puntualización. Sencillamente
estoy describiendo el paisaje.

La pregunta de los mil millones sería entonces, ¿por qué tantas visitas
de los Papas a Cuba? En septiembre redondearemos récord. Brasil y la
Isla van a ser los dos únicos países que habrán recibido a tres Papas. Y
en nuestro caso, los tres habrían venido en el breve intervalo de 17
años. Pero al menos Brasil es la nación con mayor número de católicos
confesos (139,5 millones) al nivel de todo el planeta. Cuba ni siquiera
alinea entre los diez primeros de América Latina.

¿Qué explica entonces tan especial interés del Vaticano por esta suerte
de limbo flotando al garete en el que yacemos los cubanos? ¿Qué misterio
los impulsa hacia nuestro valle de lágrimas? ¿Piedad ante el espectáculo
de nuestra miseria material y espiritual? ¿Algún proyecto para ayudar a
sanar nuestras estructuras socio-culturales, hechas añicos por los
efectos de medio siglo de ateísmo y barbarie? ¿Acaso les trae la
expectativa (ilusa) de recoger a unos cuantos miles de ovejas que
perdieron aquí su redil. ¿Con tantos millones de ovejas descarriadas que
tienen en otros países que no visitan, o visitan menos? ¿O la simple
frivolidad mediática? ¿O algún tipo de simpatía, más y menos secreta,
con nuestro sistema de gobierno? El propio Papa Francisco escribió hasta
un libro sobre nuestro leve paísito: "Diálogos entre Juan Pablo II y
Fidel Castro", publicado en Argentina, en 1998. Claro que, después de
todo, ya lo había dejado dicho el hijo de Dios, a través de la Biblia
(Lucas 5,31-32): "No son los sanos lo que necesitan al médico, sino los
enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para
que se conviertan".

Conociendo algunos pormenores sobre lo hecho y expresado en sus visitas
por Juan Pablo II y Benedicto XVI, no nos cuesta aceptar que ellos
vinieran francamente movidos por la compasión. ¿Vendrá también este Papa
dispuesto a poner su alma en el asador para apostar por los verdaderos
intereses de los humildes, por encima y aun en contra de los del poder
político? No está bien dudarlo, pero es que tiende a confundir la
actitud de las actuales autoridades eclesiásticas en la Isla, en
especial la del arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega.

Como Misionero de la Misericordia, han declarado los obispos que viene a
nuestro país el Papa Francisco. Pero, habría sido bueno que nos dejasen
caer algunos detalles sobre qué motiva su misericordia. Y a quién o a
quiénes irá dirigida. ¿Es demasiado blasfemo creer que el Vaticano tiene
aquí otros intereses puntuales, relacionados no precisamente con la
misericordia hacia nosotros?

Conste que le cabe el derecho a tenerlos. Sin ir muy lejos, todavía la
iglesia católica no dispone en Cuba de los favores que disfruta en
cualquier otro país occidental. Los ampara ya la libertad de culto, pero
en la concreta no existe para ellos libertad religiosa, porque los
sacerdotes no pueden evangelizar fuera de las paredes de sus iglesias. Y
ni hablar de tantos colegios y otros inmuebles expropiados por el
régimen que aún no les han sido devueltos. A pesar de lo mucho que se ha
comprometido el cardenal Ortega tratando de ablandar a los caciques.

Source: ¿A santo de qué vienen los papas a Cuba? | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/a-santo-de-que-vienen-los-papas-a-cuba/

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