Teatro hemisférico
La presencia de Estados Unidos y Canadá en esa pésima obra de teatro lo
deja a uno con un amargo sabor en la boca y una profunda preocupación.
Jorge Riopedre/ Especial para martinoticias.com
abril 07, 2015
La VII Cumbre de las Américas en Panamá es un reflejo fiel de la
confusión que reina en torno al proceso de Cuba y la política regional:
El mismo foro que suscribió la Carta Democrática Interamericana el 11 de
septiembre de 2001 en Lima, Perú, ahora reniega de ella para darle
entrada a la única dictadura del hemisferio.
La presencia de Estados Unidos y Canadá en esa pésima obra de teatro lo
deja a uno con un amargo sabor en la boca y una profunda preocupación.
No obstante, conviene mantener la cabeza fría, poner nuestros
sentimientos a un lado y valorar de manera pragmática la jerarquía del
cuadro analítico que tenemos delante.
Al parecer hay un consenso mínimo entre los analistas del acontecer de
la isla en cuanto a los motivos del Gobierno cubano para reanudar las
relaciones diplomáticas con Estados Unidos: Le apremia el acceso a las
instituciones crediticias internacionales; necesita nuevas fuentes de
energía ante el recorte del crudo venezolano y el fracaso en la búsqueda
de petróleo en aguas cubanas; y aspira a compensar la inactividad del
soñoliento puerto del Mariel con el comercio (subsidio, porque carece de
divisas) de empresas norteamericanas.
Sin embargo, la cúpula gobernante no puede abrir la economía, tolerar el
pluralismo y respetar los Derechos Humanos sin una pérdida substancial
de poder político, evidente desventaja diplomática que le lleva a
gestiona nuevas oportunidades políticas y comerciales sin dar nada a cambio.
Estados Unidos, por su parte, no tiene apuro, si uno lo mira fríamente
es posible que Washington esté a punto de recoger el fruto de su
paciente espera.
Cuba se encuentra en un oscuro callejón cuya única salida desemboca en
la puerta de su vecino del Norte: Cada vez le resulta más difícil vivir
del cuento de la diplomacia médica y una pretendida dinámica de primer
mundo cuando su producción agrícola ni siquiera alcanza para alimentar
al pueblo. Ya también caducó su fama como retaguardia de la subversión
mundial, campo de entrenamiento, refugio de terroristas y dispensario de
guerrilleros heridos, ahora espera alcanzar la redención como mediador
en el conflicto que ayudó a crear en Colombia. Si todos estos
indicadores son correctos, Cuba terminará desinflándose como se desinfló
Alemania Oriental al final de la Guerra Fría.
Mientras tanto, Estados Unidos continúa tejiendo su política regional en
tres frentes: Primero, expide un decreto que declara a Venezuela una
"amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política
exterior estadounidense", decreto que si mal no recuerdo tiene
precedente regional en la crisis de los misiles en Cuba en 1962.
Segundo, el decreto no menciona a Cuba pero hay una advertencia
implícita que atañe a la presencia militar cubana en Venezuela, aviso
que La Habana debe haber tomado muy en serio. Y tercero, Washington
ofrecerá a 15 países que conforman la Comunidad del Caribe (CARICOM,
siglas en inglés), una iniciativa energética para reducir su dependencia
del petróleo venezolano.
Estas son las cosas que realmente cuentan, no las fotos y los
estrechones de manos en el marco de la Cumbre, por más que muchos
observen con repugnancia que la cláusula democrática ha caído en
descrédito por la presencia de Raúl Castro. Esperemos, no obstante, que
la estrategia diplomática de Estados Unidos tenga éxito para bien del
pueblo de Cuba y de todo el hemisferio.
Source: Teatro hemisférico -
http://www.martinoticias.com/content/teatro-hemisferico/90417.html
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