Confesiones de alumnos del Pre en la calle

Confesiones de alumnos del Pre en la calle
No existe ni el más mínimo respeto entre ellos y sus maestros. Les
obligan a estudiar Marxismo-Leninismo. Y a prepararse militarmente.
Aguantan ir al baño, sin agua, hasta llegar a la casa
jueves, noviembre 13, 2014 | Marcia Cairo

LA HABANA, Cuba -Los jóvenes hablan a menudo de la apatía que
experimentan a diario en la escuela. Confiesan abiertamente que no
existe ni el más mínimo respeto entre ellos y sus maestros, la
degradación moral de estos demuestra cuán alejados están los valores
educativos con las pésimas clases que imparten. La admiración no se
puede comprar.

El amor por el estudio ha quedado atrás. El evangelio vivo del que
hablaba José de la Luz y Caballero, de lo que debía ser un maestro, es
solo el fantasma amorfo de la enseñanza.

Una profesora de matemáticas de mal humor contra un alumno, es capaz de
tomar represalias con la mayoría, sin tener en cuenta la diferencia de
saldo tanto en conducta como en notas académicas de los otros
estudiantes. Se contenta cuando le hacen regalos y le llevan alguna que
otra golosina, entonces toma partido por el elegido, e incluso mejora su
nota. Nimiedades que provocan risa, y a la vez mueven a la lástima.

La tortura sicológica, la burla de profesores hacia estudiantes
retraídos o con miedo escénico, funciona para que estos educadores se
ganen puntos y muestren una imagen dura que impone orden y un falso
respeto, que va en detrimento con la cordialidad y la seguridad que
debieran tener las relaciones profesor/alumno.

Aumentan casos de violencia física, un adolescente de Alamar, que pide
total discreción, ha contado de su impotencia cuando un profesor en
estado de embriaguez la emprendió contra un compañero suyo, golpeándolo
con una silla. Sin embargo, a este profesor no lo expulsaron, solo se le
impuso una sanción.

Eduardo, habla de lo que sucedió en el último examen de noveno grado en
una secundaria en el municipio Playa. El profesor encargado de cuidar,
dejó que cometieran fraude masivo, incluso los instó para que terminaran
con rapidez la prueba. Luego vinieron los regalos de los jóvenes
agradecidos. Todos obtuvieron altas calificaciones.

La maquinaria de obsoletos programas, año tras año devora al
estudiantado. Continúa la ausencia de rigor con el idioma inglés, que se
mantiene atrasado en su nivel más primario. Tampoco reciben educación
artística, una asignatura que refuerza la personalidad y el lado
creativo, impulsando valores espirituales y de disciplina, y que además,
ayuda a canalizar inestabilidades entre los jóvenes problemáticos.

Han aparecido asignaturas como la Cultura Política, que los obliga a
consumir Marxismo Leninismo, y trata de adoctrinarlos con su filosofía.
También está la PPD (preparación militar), con destino a un servicio
militar que le pisará los talones a los primeros que caigan y no tengan
padrinos o influencias que los salven.

Hay marcadas diferencias entre escuelas: el pre del MININT y los
CAMILITOS, tienen comedores con dieta reforzada. Poseen además,
laboratorios bien equipados para el estudio de las asignaturas de
Ciencias. Mientras que en el pre de la calle, les toca a los padres
desembolsar dinero para merienda y almuerzo.

Las condiciones de los servicios sanitarios son deplorables, los baños
rotos, lavabos sin llaves, y sin agua la mayoría del tiempo. Esto obliga
a que algunos aguanten las necesidades fisiológicas hasta arribar a sus
hogares.

Transcurren las horas de clases con mucha tensión, se desesperan por los
recesos para jugar con sus celulares y platicar con sus compañeros.
Fuera de las aulas, los muchachos solo piensan en diversiones, en salir
a discotecas, ir a fiestas, jugar videojuegos, practicar fútbol…, vías
de escape para huir del encierro y el aburrimiento.

Source: Confesiones de alumnos del Pre en la calle | Cubanet -
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