Tuesday, November 5, 2013

De invasores extranjeros, el marabú y otros demonios

De invasores extranjeros, el marabú y otros demonios
MARTES, 05 DE NOVIEMBRE DE 2013 00:25 ESCRITO POR FELIBERTO PÉREZ DEL SOL

Cuba actualidad, Santa Clara, (PD) Desde enero de 1959, la dirigencia
castrista empezó a alertar sobre la inminencia de un ataque militar
norteamericano. Pasados ya cincuenta y tantos años de aquel aviso, los
cubanos perciben que un enemigo, y no precisamente norteño, ya invadió a
Cuba.

Si bien los primeros reportes sobre este invasor se remontan al Camagüey
de mediados del siglo XIX, la escasa peligrosidad mostrada entonces hizo
que pocos controles se le aplicaran. Sin embargo, uno de aquellos
estudios arrojó que era natural del continente africano, y que sus
mayores avistamientos ocurrían entre los meses de abril y septiembre.

Este ocupante sojuzgó inicialmente solo las zonas rurales, por ser estas
de menor acceso humano, y después ocupó poco a poco cuanto terreno pudo.
Algo que logró con no muchas trabas, debido principalmente a su fácil
adaptabilidad y dispersión por un país donde los contornos áridos y
secos no le generaban impedimento alguno.

Eso sí, cuando sus posiciones eran víctimas de torrenciales aguaceros,
se notaba que esto le era hostil, pues no toleraba vivir en terrenos
inundados. No obstante esta contrariedad, establecía sus campamentos
tanto en terrenos llanos como en aquellos que rondaban los 1500 metros
de altura.

Con el tiempo su radio de acción creció y su figura se generalizó a todo
lo largo y ancho del país, aunque nunca lo bastante cerca de sitios
urbanos como para que lograran cazarlo con facilidad. Su padecimiento
heliófilo le llevó a vivir lejos de las grandes ciudades, aun así, para
1930 se movía ya por un espacio de 443,190 hectáreas, o sea, el 3 % de
la superficie nacional.

A finales del siglo XX este agresor dominaba tal cantidad geográfica,
que sometía prácticamente la mitad del territorio nacional sin
industrializar. Para entonces, sus embates sobre La Mayor de Las
Antillas frisaban los 1.141.550 hectómetros cuadrados, algo más del 10 %
del suelo patrio.

Cuando unos años después Raúl Castro tomó la presidencia de Cuba, mejor
dicho, la heredó de su hermano mayor, y mientras realizaba un viaje al
interior del país se asombró de la enorme cantidad de territorio
gobernado por este usurpador foráneo. El heredero de la monarquía
castrista parece que desconocía tal invasión y se alarmó de la libertad
con que aquel extranjero se le mostró a uno y otro lado de la Autopista
Nacional.

La dirección del país le declaró la guerra inmediatamente, y los vecinos
de nuestros campos y ciudades no hallaron mejor modo de combatirlo que
alistarse en un ejército de iguales y preparar la logística necesaria
para eliminarlo. Con la inmediatez que exigía el caso, se movilizó la
nación y se dispuso de todo el material necesario para enfrentarlo.

Pero el rival resultó más duro de lo esperado. Se le batalló de modo
intenso y seguido, mas, fue solo en algunos sitios. El interés pronto
decreció. Además, se esparcía con facilidad. Por ello, todavía se le ve
deambular por cualquier sitio, siempre con su ropaje espinoso
cubriéndole todo el cuerpo y su organismo de resistencia admirable.

Para evitar males aún mayores lo nombro: se llama Marabú y es un arbusto
espinoso.

La invasión del marabú es resultado, el más visible tal vez, del
desastre agrícola que vive hoy el país. Decadencia que se inició con
aquel "glorioso enero", cuando el nuevo régimen centró toda su atención
en evitar un ataque imperialista y descuidó a un enemigo interno que,
por entonces, apenas era peligroso.

Para Cuba actualidad: primaveradigital@gmail.com

Source: "De invasores extranjeros, el marabú y otros demonios | Cuba
noticias actualidad.Periodismo independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/9051-de-invasores-extranjeros-el-marabu-y-otros-demonios.html

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