Tuesday, November 5, 2013

Cines 3D y salas de video-juegos, a la clandestinidad

Cines 3D y salas de video-juegos, a la clandestinidad
Lunes, Noviembre 4, 2013 | Por Julio Cesar Álvarez

La Habana, noviembre de 2013 – Cines y salas de juegos creados por el
sector privado para aplacar el aburrimiento es una muestra de lo que se
puede lograr en poco tiempo con la descentralización de la economía. La
prohibición del gobierno de estas actividades recreativas, muestra
quienes son los que frenan los cambios.

¿Qué es el cine: Arte? ¿Método de colonización cultural? ¿Lavado de
cerebro? ¿Entretenimiento?

La mayoría de los espectadores a los que he preguntado busca
entretenerse, pasarla bien, pronunciar un "coñooo" cuando la tecnología
y el ingenio les muestran algo sorprendente. Al menos, para muchos, ese
es el ingrediente sine qua non de "la estupenda realidad que llaman
cine", como diría Ortega y Gasset.

Por otro lado están las condiciones de comodidad ideales para disfrutar
de una película. La mayoría de los entrevistados mencionaron una sala
climatizada, sillas o butacas cómodas, poder merendar o picar mientras
ven la película. Los menos preferían degustar un trago en ese momento.

Esas dos condiciones, pasarla bien y cómodo, las reunían las salas
privadas de exhibición cinematográficas en 3D que operaban públicamente,
aunque sin una licencia que le permitiera ejercer dicha actividad.

A pesar de que el viceministro de cultura Fernando Rojas afirmó el
pasado 27 de octubre de que no se trataba de prohibir este tipo de
actividad, sino de regularla, lo cierto es que los cubanos dueños de
salas 3D amanecieron el sábado 2 de noviembre con la prohibición tajante
de reanudar las exhibiciones.

"La exhibición cinematográfica, que incluye las salas de 3D, así como la
organización de juegos computacionales, nunca han sido autorizados y
cesarán de inmediato en cualquier tipo de actividad por cuenta propia",
rezaba la nota informativa publicada por el órgano oficial del Comité
Central del Partido Comunista de Cuba el sábado 2 de noviembre.

Dueños de este tipo de salas, como Ronny, de la Víbora, esperaban que el
gobierno le otorgara la licencia para legalizarse, aunque estuviera
supervisada por el ministerio de cultura municipal. "He invertido miles
de dólares en el negocio. ¿Qué hago ahora con todo ese equipamiento?
¿Cómo recupero la inversión?"

La casa de cultura del municipio 10 de octubre, cita en calzada de diez
de octubre esquina a Carmen, tenía entre sus planes contratar el
servicio de este tipo de cines para actividades con los niños. Pero con
la nueva prohibición nadie se atreve si quiera a hablar del asunto.

"No era una mala idea. A los niños les encantan los animados en 3D, les
divierte ponerse las gafas y encontrarse con sus personajes favoritos en
esa dimensión. Si lográbamos que alguno de estos dueños de cine 3D
accediera a este tipo de intercambio, lograríamos llevar el 3D a un
número mayor de niños con pocas posibilidades de ir a una función
privada", declaraba una promotora cultural de la casa de la cultura,
quien prefirió el anonimato.

El negocio del video juego

Una actividad menos extendida que el cine 3D, pero que gana adeptos en
algunos lugares de la ciudad es el negocio del video juego. El
Tecnopremier El Maravilla, un complejo tecnológico por cuenta propia, en
la Calzada de 10 de octubre, entre San Francisco y Concepción, ofrece
una variedad de servicios informáticos como la instalación de software,
reparación de hardware, impresión y digitalización, clases de
computación, y una moderna sala de video juegos que funciona las 24
horas, y cuyo encargado permitió fotografiar, aunque declinó ofrecer
declaraciones.

A un precio de 20 pesos moneda nacional por hora de juego, la sala
cuenta con computadoras conectadas en red para jugar a juegos como Call
of Duty, Word of Warcraft, FIFA, y otros. Cuenta también con Xbox 360
con Kinect (Detector de Movimiento Corporal) con más de 30 juegos de
esta clase. Todo un set de lujo en comparación a lo que pueden ofrecer
los viejos software y computadoras de los Joven Club de Computación.

Con la nueva prohibición, los niños que actualmente asisten a estos
lugares—que no son pocos— contarán con un lugar menos para poder jugar
los video-juegos que les gustan. Tendrán que volver a hacer colas en
algún Joven Club de Computación para acceder a juegos autorizados por la
"política cultural del gobierno", como Gesta Final, videojuego cubano
que recrea el periodo de 1956 a 1959, en el que los rebeldes liderados
por Fidel combatían en las lomas de la Sierra Maestra.

"Al paso que vamos tendremos que ir a locales clandestinos para poder
ver las películas o jugar los juegos que nos gusten", afirmaba Juan
Carlos, un joven de 16 años fanático de los juegos de computadoras.

Para el cubano de a pie, la decisión de prohibir los cines 3D, y las
salas de video juegos significa menos opciones de entretenimiento para
un pueblo cansado de ver lo que le obligan a ver en salas de cines
deterioradas por el tiempo y la ineptitud.

Pero para los soldados del Ministerio de Cultura de Cuba, una
institución gobbeliana encargada de velar por la "pureza y calidad" de
lo que se exhibe o se juega, la mayor preocupación reside en que
"triunfe definitivamente el gusto masivo por una filmografía etiquetada
en Hollywood, acompañada por productos televisivos que entronizan la
banalidad y el entretenimiento más ramplón".

Source: "Cines 3D y salas de video-juegos, a la clandestinidad |
Cubanet" - http://www.cubanet.org/?p=52363

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