Ajustes, no reformas
MARTES, 05 DE NOVIEMBRE DE 2013 00:48 ESCRITO POR OSMAR LAFFITA
Cuba actualidad, Capdevila, Boyeros, La Habana, (PD) Las políticas de
ajustes estructurales que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el
Banco Mundial aplicaron a finales de la década de los 80 y la mayor
parte de los 90, fueron duramente criticadas por los movimientos de
izquierda, que fueron los abanderados del rechazo a tales políticas, que
bautizaron como neoliberales.
Los gobiernos que aceptaban los préstamos del FMI y el Banco Mundial
estaban obligados a aplicar duras medidas de austeridad, que a quien más
hacían sufrir era a los sectores más vulnerables de la población. Los
estrategas de ambos organismos crediticios internacionales justificaban
tales políticas de ajuste con el argumento de que el único camino para
obtener tasas de interés más bajas sobre los prestamos que ellos
concedían era a través de la reducción de los los desequilibrios fiscales.
Las terapias de choque estaban dirigidas a promover a costa del
empobrecimiento extremo de la población, el crecimiento económico,
generador de ingresos, para con ello saldar las deudas que estos países
habían acumulado.
El FMI y el BM explicaban que las economías de los países que recibieran
préstamos adoptarían una mayor orientación hacia el mercado, lo que los
forzaría a concentrarse más en el comercio y la producción y que
pudieran mejorar sus economías. El dinero prestado se gastaría de
acuerdo con los objetivos globales del préstamo.
El fin que perseguían estos programas de ajuste en los países que se
aplicaron no era otro que la desregulación de manera progresiva del
control del estado sobre la economía y la privatización de los
principales sectores de la economía con miras a reducir en extremo las
barreras arancelarias y dar lugar al libre comercio.
El presidente Raúl Castro ha reiterado que no llegó al poder para
desmontar el socialismo. Por su parte, el vicepresidente del Consejo de
Ministros Marino Murillo ha dicho que "se equivocan los que afirman que
en estos momentos se produce una transferencia de la propiedad a manos
privadas". Sobre esto, dejó bien claro que prevalecerá la propiedad
estatal sobre los medios de producción y de servicios y que se
priorizarán las cooperativas por sobre la propiedad privada.
No hay ninguna duda de que en los cincos años que lleva en el poder el
general Raúl Castro no se han producido verdaderas reformas en la
economía, sino que se han aplicado dolorosas medidas de ajuste que han
perjudicado a la mayoría de la población.
El equilibrio fiscal se ha mantenido en los límites tolerables del 3,5%,
pero no con el aumento de la producción y los servicios, que en estos
últimos cinco años han registrado una marcada desaceleración, sino con
la aplicación de una despiadada política en la esfera de la circulación
monetaria, que se ha concretado con la incontrolable subida de precio de
los productos esenciales, y ha hecho cada día más precaria y miserable
la existencia de los cubanos.
En el tiempo que lleva como presidente el general Raúl Castro se ha
producido una significativa caída de la producción de bienes. Muestra de
ello es la agricultura, que en estos años solo ha reportado
incumplimientos, lo que ha obligado al gobierno destinar más de 1800
millones de dólares anuales para la importación de alimentos, que en su
mayoría se pueden producir en Cuba.
Lo que en estos cinco años ha producido ingresos más significativos de
divisas a las arcas cubanas ha sido la exportación de servicios
especializados de personal médico y paramédico, principalmente a
Venezuela. Le siguen las remesas, el turismo y en menor medida, la venta
de níquel, tabaco y productos farmacéuticos.
La marcada desaceleración en la producción de bienes ha provocado una
gran contracción en la entrada de divisa por este concepto, razón por la
que el gobierno cubano no ha honrado el pago de los servicio de su
astronómica deuda con los acreedores del Club de París y con Rusia.
Tres años después de la reapertura y flexibilización de la actividad
privada en Cuba, a fines de 2010, 430 000 personas tienen licencias para
ejercer las 181 actividades autorizadas, pero condicionamientos legales
limitan al extremo a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y la
ampliación del mercado, lo que posibilitaría el auge de los servicios y
la producción.
Una muestra de que el gobierno cubano no tiene ninguna voluntad de que
se consoliden y extiendan las pymes, que han demostrado que promueven el
progreso, el crecimiento y son fuente de empleo, es que no acaba de
autorizar la apertura de los mercados mayoristas.
La puesta en vigor, el pasado 26 de septiembre, de las resoluciones 41 y
42 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, pretende poner fin a
las ventas de ropas importadas, sin tener en cuenta que miles de
personas, entre propietarios y empleados, después haber vivido en estos
dos últimos años legalmente de este negocio, pasarán a engrosar las
enormes filas de los desempleados.
Otra muestra de los ajustes del gobierno cubano la tenemos en la
política de eliminación de las gratuidades y subsidios de los productos
desaparecidos de la libreta de abastecimiento, los materiales de
construcción y los insumos para los productores del campo.
Se puso fin a los subsidios, pero no hubo aumento de salario. Es una
típica terapia de choque. 18 dólares de salario mensual devenga la
mayoría de los trabajadores cubanos. Con ese mísero salario, están
obligados a pagar a precios de mercado los alimentos y productos para
sus necesidades más perentorias.
El gobierno, en las últimas cinco legislaturas de la Asamblea Nacional,
ha reducido los gastos en el sector en que se concentran las 2455
empresas presupuestadas. Tal política de austeridad se ha traducido en
que hospitales, policlínicos, edificios multifamiliares, cines,
instalaciones deportivas, recreativas y culturales, y los viales, por
los muchos años sin mantenimiento, estén sumamente deteriorados y en
algunos casos, totalmente en ruinas.
Mantener el déficit en los limites tolerables del 3,5% es correcto, si
este es el resultado de la presencia de la inversión extranjera directa,
la cual con su tecnología y dinero, propiciara el crecimiento de la
producción de bienes y servicios con la consiguiente disminución del
desempleo y las ganancias que obtendría el Estado, las cuales pudieran
destinarse a aquellas actividades que si bien no generan ganancias, son
necesaria para el desarrollo y la sostenibilidad del país.
Pero el gobierno de Raúl Castro ha hecho en esto cinco años todo lo
contrario. En contra de toda lógica, se ha producido una desaceleración
de la Inversión Extranjera Directa (IED), al extremo de que se disuelven
más asociaciones de las que se aprueban.
Al cierre de 2011 solo funcionaban en Cuba 170 Asociaciones Económicas
Internacionales (AEI). De ese total, el turismo concentra el 40%. En
sectores productores de bienes y servicios y que son la base del
desarrollo sostenible del país, como el agroalimentario, la
construcción, el inmobiliario, la industria ligera, el energético, los
materiales de construcción, las comunicaciones y el financiero-
bancario, el número de AEI presentes solo representa el 15% de las
existentes en Cuba.
Tal como se puede apreciar, los cinco años de gobierno del general Raúl
Castro se han caracterizado por la aplicación de una abusiva e
implacable política de ajuste estructural, en la que han sido
perjudicados amplios sectores de la población. A cientos de miles de
cubanos al borde de la indigencia, el gobierno no les ofrece perspectiva
alguna de progreso y bienestar.
Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com
Source: "Ajustes, no reformas | Cuba noticias actualidad.Periodismo
independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/destacados/132-economia/9050-ajustes-no-reformas.html
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