Por si quieren asesoría en calabazas
Martes, 04 de Diciembre de 2012 04:37
Escrito por Luis Cino Álvarez
Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) Recuerdo que hace tres
años, en un discurso en Holguín para conmemorar el 26 de julio, el
general Raúl Castro llamó a plantar árboles luego de preguntarse cómo se
las arreglaban nuestros abuelos para que no les faltaran las frutas y
las viandas.
Por aquellos días, el entonces ministro de Agricultura, general Ulises
Rosales del Toro, delineaba la estrategia del boniato y la calabaza para
alimentar a la población.
Recuerdo que hace años muchos decían que el boniato y la calabaza solo
servían para engordar a los cerdos. Hay que ver el lado positivo de las
cosas y recordar las virtudes que se achacan a la calabaza y el boniato.
Con estas humildes y generosas viandas como protagonistas de nuestra
dieta, engordaremos las pantorrillas y nuestro pelo cobrará brillo. Doy
fe de esto último por la experiencia con mis perros.
Por lo pronto, a falta de los boniatos que todavía no abundan, de otras
viandas y de las hortalizas de ciclo corto de siembra, a veces hay
bastante calabaza en los agromercados estatales. Solo que pequeñas,
paliduchas, mustias, con magulladuras Y somos dichosos en La Habana en
tener calabazas. En otras provincias, especialmente en las orientales,
no hay.
Definitivamente, la estrategia del boniato y la calabaza no funcionó en
manos del general-ministro de Agricultura, Rosales del Toro. Parece que
empleó las mismas tácticas agrícolas-zapadoras con las cuales arruinó la
industria azucarera. Y eso le costó su caída hacia arriba, de ministro a
asesor.
Pero a su sucesor tampoco la estrategia le ha funcionado como se
esperaba. Y la única explicación que se me ocurre para ello, es que se
debe a los mecanismos inventados por la corrupta burocracia del
Ministerio de Agricultura. Los centros de acopio, que cuando disponen de
combustible, no tienen envases o viceversa, no garantizan nada que no
sea el más estatalizado caos.
Millares de cubanos que no hemos estudiado a Von Clausewitz en la
soviética Academia Frunze ni reunimos suficientes méritos para ser
ministros de Agricultura sabemos bien que para cosechar calabazas y
boniatos basta lanzar al patio las semillas y los trozos que no sirven.
Los bejucos de boniato y calabaza, casi silvestres, se extienden por mi
patio y se prenden a las cercas, las matas de plátano y a los árboles
que he sembrado, tal como aconseja el general Raúl Castro. De los
bejucos enredados en sus troncos, penden hermosas calabazas. Como la que
muestro en la foto. Medía bastante más de medio metro y pesaba más de 20
libras. La recogí hace unos días. En honor a la verdad, creció tanto
porque oculta en la maleza, no la descubrí antes. ¡Capaz que me la
hubiesen robado!
Si en la pésima tierra de mi patio, que no puedo regar porque en mi
barrio sub-urbano el agua la ponen solo unas horas cada cuatro días, he
sido capaz de obtener tales resultados, no imagino cómo sería con los
recursos de que disponen las empresas agrícolas estatales. Se me antoja
que pudiese ser asesor en calabazas del Ministerio de Agricultura. Sería
mi modesto aporte con tal de que tengamos en los agromercados estatales,
si no boniatos, al menos calabazas. Y de las buenas. El ofrecimiento
está en pie. Para que después no digan...
Para Cuba actualidad: luicino2012@gmail.com
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/5924-por-si-quieren-asesoria-en-calabazas.html
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